Capítulo V

Aleckey

Termino de ayudar a Xandriel con su ropa para luego tomar su pequeña mano y juntos salir de su habitación. Hoy me voy con Xadriel a Inglaterra que es donde esta mi empresa aún no encuentro a la bruja que me ayude a enseñarle a como controlar sus dones a Xadriel pero seguiré buscándola y tratando de que las emociones del pequeño brujo sean estables.

—¿Tendré más amigos?—Pregunta Xadriel cuando estamos en el choche el cual es manejado por unos de mis empleados hacía el aeropuerto.

—Todo los que quieras pequeño—Respondo con una sonrisa mientras que la de él se expande. Me gusta verlo feliz y sonriente complacerlo en todo lo que pide. Desde que Xadriel aprendió a hablar tenía días en los que no paraba de hablar hasta que caía dormido, si hubiera sido otra persona ya lo hubiera callado y mandado al diablo.

Xadriel como de costumbre se acerca a mi y deja su pequeña cabeza en mi pecho para luego de unos minutos en los que acaricio su cabello quedar dormido.

(...)

Después de 1 hora de camino al aeropuerto al fin llegamos a la pista donde mi avión privado ya me esta esperando, tomo a Xadriel en brazos y camino con el sin mirar a nadie hacía el avión, paso por el lado del piloto y azafatas los cuales me saludan y los ignoro.

Entro al avión coloco a Xadriel a mi lado y le pongo el cinturón de seguridad para luego sentarme y colocarme el mío. Después de unos cuantos minutos la azafata me anuncia que ya saldremos y asiento. Realmente no me gusta socializar con nadie y tampoco me interesa hacer amistad con humanos o otros seres sobrenaturales pero de eso no me salvo porque tengo a dos vampiros que son literalmente mis hijos porque fui yo quien los convirtió hace muchos años. Viven en la ciudad junto a los humanos y tengo por seguro que están ansiosos de que llegue para joderme la vida como siempre.

Cuando el avión empieza a moverse salgo de mis pensamientos para mirar por la ventanilla y ver como poco a poco el avión toma el vuelo miro a Xadriel el cual esta dormido acaricio su cabello rubio para luego ponerme a leer el libro que traje conmigo.

(...)

—Bienvenido señor Ferrant—Dice la ama de llaves de la mansión la cual esta reunida junto a todos los empleados para darme la bienvenida a la casa solo 3 de ellos saben mi naturaleza y la primera en saberlo fue la ama de llave la cual contrate cuando a penas ella tenía sus 23 años.

La pobre humana llego media moribunda con un pequeño niño en brazos buscando trabajo por comida pero decidí darle una mejor vida por lo tanto la contrate y mande a su hijo a las mejores escuela y universidad ahora su hijo trabaja para mi en una de mis empresas.

—¿Ordenaste la habitación como te pedí Soraya?—Pregunto después de asentir a su bienvenida pasando por su lado mientras ella me sigue.

—Si señor, la habitación fue ordena como lo pidió—Responde.

—Bien—Digo subiendo las escaleras para llevar a Xadriel a su habitación—Quiero que te encargue de él—Ordeno.

—Con mucho gusto señor—Susurra.

—Te puedes retirar—Le digo pero luego recuerdo que seguro Xadriel despertara con hambre—Trae comida para Xadriel y para mi—Ella asiente para salir de la habitación. Coloco a Xadriel en su cama y me siento a su lado acaricio su cabello hasta que el abre sus ojitos. Su mirada recorre la habitación hasta que sus ojos hacen contacto con los míos, me sonríe y con sus puños frota sus ojitos.

—¿Ya llegamos?—Pregunta soñoliento.

—Si pequeño esta desde ahora será tu habitación—Le informo. El la mira detalladamente y en realidad es idéntica a la habitación del castillo. La mande a decorar igual porque quiero que Xadriel se sienta cómodo aquí.

—¿Podemos ver muñequitos?—Pregunta y yo asiento mientras que él se echa aún lado. Me quito los zapatos para luego tomar el control y subir a la cama donde me acuesto y Xadriel deja su cabeza en mi pecho. Aún no entiendo como es que le gusta la frialdad de mi cuerpo pero no soy nadie para cuestionarlo y me gusta que no me repele por ser frío. Coloco sus muñecos favoritos los cuales son varios pero estos les gustan más y es de un mono y un tipo de sombrero amarillo, me parece absurdo pero a Xadriel le gusta verlo.

Después de unos minutos llega Soraya con lo que pedí, Xadriel come toda la comida y yo solo lo observo comer mientras tomo mi alimento. Tengo muchos siglos sin probar comida humana y no vale la pena comerla porque no me alimenta y su sabor es insípido.

Xadriel una vez quería probar mi bebida roja la cual el pensaba que era jugo de fresa pero me negué a que tomara y luego le expliqué que eso era sangre al principio me miro de manera extraña hasta que luego lo olvido y dejo de insistir en querer tomar de lo que bebo.

(...)

Dos hora con Xadriel en su habitación y de la nada empieza a llover con truenos, Xadriel me mira con miedo y ya se lo que viene a continuación.

—¿Puedo dormir contigo?—Pregunta con sus ojitos de cachorrito a los cuales no me puedo negar.

—Vamos—Digo tomándolo en brazo para salir de la habitación y caminar hasta la mía lo dejo en mi cama y entro a mi closet para cambiarme de ropa. Me desnudo y de la nada un estruendoso rayo se escucha provocando que el corazón de Xadriel se acelere. Escucho como baja de la cama y ya lo tengo dentro del closet abrazando a mi pierna—Hey tranquilo—Susurro agachándome a su altura mientras lo abrazo y acaricio su cabello. Puedo sentir sus poderes fluir y sigo acariciando su cabello y susurrando suaves palabras de que todo estará bien para que se calme hasta que lo logro, me separo de él y beso su frente—Ahora vamos a la cama—Le digo cuando me coloco un pantalón de chandal para cubrir mi desnudez. Juntos entramos a la cama donde su pequeño cuerpo se pega al mío y yo sonrío para abrazarlo. Después de tantos años sin pegar un ojo en muchas noches logro dormir sintiendo el calor que emana el pequeño cuerpo a mi lado y escuchando el latido relajado de su corazón.

(...)

—Debes quedarte con Soraya—Le digo a Xadriel mientras le doy un trozo de su panqueque.

—Pero dijiste que iría a la escuela—Me dice haciendo un puchero y girando el rostro para no comer.

—Si se lo que dije pero necesito hacer algo antes—Susurro—Luego podrás ir a la escuela—Añado y este asiente no muy convencido por mis palabras. Termino de darle el panqueque para luego bajarlo de la mesa del desayunador—Soraya ya sabes donde llamarme y que hacer si ocurre algo—Le digo y ella asiente.

La mansión tiene un cuarto de pánico que solo se abre desde adentro y con mi huella digital desde a fuera entre otras cosas también esté esta oculto ante los ojos humanos y es difícil de encontrar. Solo Soraya y yo sabemos donde esta, lo cree por si algún día alguien ataca la mansión poder llevar a los humanos allí y que estén a salvo.

—Si señor, no se preocupe por el joven Xadriel yo lo cuidaré—Susurra los miro por unos segundos para luego asentir y salir de la mansión con destino a mi empresa.

(...)

—Es bueno tenerlo en la empresa señor Ferrant—Dice uno de los socios y yo asiento para luego estrechar su mano—Nos gustaría hacer una fiesta de aniversario para la empresa también para darle la bienvenida—Añade.

—Me parece buena idea póngase de acuerdo con mi asistente y que ella me haga llegar la información—Le digo el asiente—Sino hay más nada que decir y aportar a esta pequeña junta pueden todos volver a sus respectivos puestos de trabajo—Añado para luego salir de la sala de reunión hacía mi oficina.

Solo han pasado 4 horas desde que estoy en la empresa y ya extraño a mi pequeño brujo, espero y Soraya lo cuide bien confío en que lo hará porque bueno ella es madre y le dio una buena crianza a Andrew su hijo: levanto la mirada de mi computadora cuando escucho dos toques en la puerta.

—Adelante

—Señor Ferrant, solo vengo a decirle que bienvenido a la empresa—Me dice Andrew mirándome por unos minutos—Su difunto padre me ayudo bastante y mi servicios están con usted—Añade serio, Andrew no sabe que yo fui quien le dio ese puesto cuando se graduó. Bueno en realidad nunca me llego a ver en persona solo por llamada telefónica y a través de mis asistentes, todos en la empresa piensan que soy el hijo de Tomas Ferrant quien falleció de una extraña enfermedad dejando heredero a su único hijo Aleckey Ferrant.

—Gracias Andrew—Respondo serio.

—Lo dejo para que continúe con su trabajo—Me dice dando unos pasos pero de la nada se tambalea y sujeta de uno de los sillones de la oficina. Me levanto de mi silla y me acerco a él.

—¿Te encuentras bien Andrew?—Pregunto tocando su hombro.

—Si, solo fue un mareo—Susurra pero se que me miente y que algo oculta, Andrew a pesar de ser un humano me agrada y cuando era pequeño era un niño muy educado y nunca molesto en mi casa.

—Ven toma asiento—Digo guiándolo hasta uno de los sofás donde toma asiento y yo igual me siento frente a él.

—No quiero quitarle su tiempo señor Ferrant—Susurra avergonzado.

—La salud de mis trabajadores es importante—Le digo mirándolo a los ojos—Mi padre te tenía un gran cariño y espero confíes en mi para decirme lo que sucede—Añado.

Él suspira y pasa una mano por su rostro mientras que me atrevo a indagar en su mente y escuchar su debate interno.

<<No puedo hablar con él sobre mi enfermedad>>

<<Es mi jefe, me despidiera si se entera>>

<<Necesito hablar esto con alguien>> Es lo último que escucho en su mente para dejar de escuchar sus pensamientos y no entrometerme en sus asuntos internos.

—Tengo un tumor en mi cabeza el cual empuja mi cerebro provocando que este se presione contra las paredes de mi craneo y los tratamientos no ayudan, ni disminuyen su tamaño—Me dice agachando su mirada—Solo me quedan meses de vida—Susurra. Pobre chico; es ley de la vida que los humanos enfermen y mueran por lo tanto no puedo intervenir en esto.

—¿Ya lo hablaste con Soraya?—Pregunto.

—No quiero preocuparla con esto

—Debes decirle, ella tiene derecho a saber por lo que estas pasando y disfrutar los últimos meses de vida que te quedan a su lado—Le aconsejo, suspira para luego asentir.

—Lo se señor Ferrant y créame que lo intento pero no quiero romper su corazón—Me dice mientras sus ojos se llenan de lágrimas—Mi madre... Yo soy lo único que tiene y no quiero herirla.

—Solo habla con ella Andrew y comparte tu carga eso te ayudará a estar más en paz contigo mismo.

—Gracias señor Ferrant.

—No hay nada que agradecer—Le digo me da un asentimiento para luego salir de mi oficina dejándome solo.

Soy un vampiro y puedo ayudarlo pero la ley de la vida es que los humanos nazcan, crezcan, se reproduzcan y mueran, no tengo derecho a intervenir y castigarlo a vivir una eternidad tan vacía y convertirlo en un demonio de la noche.

No soy quien para condenarlo tengo un milenio de vida y solo he convertido a unas 25 personas los cuales ahora son fieles seguidores de mi mandato también cabe destacar que ellos han convertido a otros y esos me son leales a mi también.

Cuando creas a un vampiro forjas lazos con esto por llevar tu sangre estos pueden ser llamados hijos y hermanos como desees pero estos darían su vida por mi y nunca me traicionarían aunque ella si lo hizo y por eso fue desterrada. Niego con mi cabeza para olvidar esos recuerdos de esa persona la cual no tiene importancia en mi vida y nunca la tendrá.

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