4.

Ryan pasó por nosotras y mientras Serena y yo nos deslizábamos en el asiento de atrás él aprovechaba de besar a Diana antes de dejarla tomar asiento junto a él. Serena y yo discutimos su plan de acción en cuanto a Bruce mientras Ryan y Diana solo sonreían. Cuando llegamos la fiesta estaba en todo su esplendor.

—Parece que llegamos en buen momento ¿No? —enfaticé.

—Hora de buscar un lugar lo suficientemente bueno donde podamos beber y posibles chicos para divertirnos un poco —concordó ésta.

—¿Qué hay de Diana? — pregunté.

Serena sacudió su mano con desdén.

—Ella ya tiene diversión de sobra, pero tu mi amiga necesitas a alguien

—Claro que no —le aseguré ceñuda.

—Si lo haces, no digo que busques novio solo alguien con quien pasar la noche, mientras termino de por una vez enganchar a Bruce, tu deberías soltarte un poco —y dicho esto tiro de mi hacia el interior de la casa.

La fuerte música resonaba a través de mis oídos. Serena nos condujo hasta la cocina donde ofrecían bebidas de todo tipo, nos dieron algo parecido al vodka y ambas tomamos con avidez.

—Bien, yo realmente necesito bailar —murmuró Serena.

—No veo a Bruce por ningún lado —observé.

Ella me regaló una sonrisa sardónica.

—No lo necesito a él querida, no aun. Primero le demostraré un poco de lo que se está perdiendo si es que acaso llega a venir 

Ambas movimos las cabezas mirando a todos pero no vimos nada.

—Quizás aún no llega, no es como que un chico como él pase desapercibido

Y tenía razón, Bruce era un chico bastante guapo. Alto y fuerte, el cabello rubio junto a su piel bronceada hacía una combinación perfecta y con unos profundos ojos azules. No era mi tipo, pero eso no me impedía admirar su belleza.

—Mm buen punto —murmuró.

Seguimos tomando por una media hora más hasta que decidimos tomar tequila, ambas habíamos salido a bailar a la pista unas cuantas ocasiones pero rápidamente volvíamos a parar y mirar nuestro alrededor. Serena seguía buscando a Bruce pero en un momento dado supuso que no había venido y se enfrasco en solo beber lo que no quería. Sabía que no tenía tan buena tolerancia al alcohol como Diana o incluso yo, que ya me encontraba un poco bajo los efectos de este.

Un grito a mi izquierda me hizo volver mi vista a ella que se encontraba rodeada por los brazos de un chico, de no ser porque como escuche su grito también oí su risa hubiera pensado que estaba en problemas. Pero luego de que ella susurrara que se iría a bailar con Bruce me relaje nuevamente.

Me quede observando todo a mi alrededor, parejas bailaban, otras se tocaban, otras se besaban y yo seguía jugando con el pequeño baso que antes había estado lleno de tequila pero ahora estaba vacío.

—Eres una chica muy linda para que estés sola —susurró una ronca voz en mi oído.

Me gire para ver de dónde provenía la voz, pero me sorprendió sobremanera encontrarme a Justin sonriendo frente a mí.

—Justin —dije sonriendo.

—¿Así que te acuerdas de mí? —lucía genuinamente sorprendido.

—Fuimos juntos a secundaria, sin contar que vimos dos clases juntos en tu último año —musité—. Claro que te recuerdo

—Parece que te subestime Danielle no esperaba que me recordaras 

Mis cejas se arquearon lo que lo hicieron fruncir el ceño.

—¿Qué?

—¿No me confundes con Anabelle? Eso es nuevo 

—Ustedes dos son muy diferentes aunque debo admitir que me sorprende no ver tu look gótico ¿Ya lo dejaste? 

Asentí.

—Hay un momento en el que enfadar a tus padres por ello no resulta así que aspiras a cosas más grandes 

Justin levanta ambas cejas y cruza sus brazos haciendo que sus bíceps se notaran bajo la camisa que llevaba.

—¿A qué llamas “cosas más grandes”? 

Sonreí como respuesta.

—Solo mis amigos saben eso 

Él imitó mi sonrisa y llevo su mano derecha al corazón.

—Hieres mis sentimientos Danielle, pensé que éramos amigos 

Sacudí mi cabeza sin dejar de sonreír.

—Que me copiaras unos cuantos exámenes en clase de algebra y ahora lleves… Digamos  cincuenta y cinco segundos hablando conmigo no nos hace amigos ¿Sabes? 

—Bueno —estiro su mano izquierda y me quito el vaso—, déjame el resto de la noche para poder llegar a ser tu amigo —luego volvió su mano hacia mí—. ¿Aceptas?

—Depende —me cruce de brazos—. ¿Cómo se supone que harás eso? 

Él rió. Una risa ronca que a pesar de la música envió una descarga eléctrica a todas mis terminaciones nerviosas.

—Primero vamos a bailar luego, veremos qué pasa —su mano seguía extendida—. ¿Bailas conmigo? 

Después de unos segundos sonreí y tome su mano.

—Espero puedas llevarme el ritmo —hale de su mano y lo lleve hasta la pista de baile improvisada.

Si hay algo que me encanta es bailar y no siempre consigo una buena pareja pero Justin bueno, el chico se sabía mover y por mi parte, de la cual culpo al alcohol, mis movimientos estaban siendo más provocativos que de costumbre sin embargo Justin no se inmuto, sus manos nunca dejaron mis caderas y nunca se separó de mí, supongo que no estaba haciendo el ridículo después de todo. 

Cinco canciones después, estaba completamente llena de sudor pero no me importaba, estaba pasando un buen rato y no quería pararlo aunque mis pies ya estaban protestando y cuando menos lo esperaba me fallaron. Di un traspié y de no ser por Justin que me sujeto hubiera terminado tirada en el suelo.

—Oye ¿Estás bien? —una risa ridícula se escapo de mis labios. Maldito alcohol—. Parece que alguien ha bebido más de la cuenta 

—No, he bebido poco. De hecho, quiero otro trago —me separe de él y camine hasta la cocina.

—Danielle creo que has bebido suficiente —dijo Justin detrás de mí.

—¿Parezco borracha? —me gire cruzándome de brazos—. Dime

—No pero… —levante un dedo haciéndolo callar.

—Es porque no lo estoy, me tropecé porque estos tacones no son actos para bailar 

Él asintió.

—Sigo pensando que deberías dejar de beber 

Blanqueé los ojos.

—Justin, mira —me acerque a él—, no soy novata en esto y usualmente mis amigos lo aceptan y no me sermonean simplemente me acompañan ¿Está bien? —él sonrió—. ¿Qué?

—¿Así que admites que soy tu amigo? 

Abrí mis ojos.

—Yo… yo no… yo no dije eso 

Él volvió a reír de manera ronca.

—Si, si lo dijiste ahora sobre el trago —me rodeo y sirvió algo en un vaso—. Ten, pero vamos afuera quizás todo lo que necesitas es un poco de aire —me tendió el vaso y cuando lo tome me rodeo la cintura con su brazo izquierdo y camino conmigo—. Ahora me hablaras sobre las “cosas más grandes”

—¿Perteneces a la fraternidad? —luego de sentarnos fuera de la casa en una especie de banqueta un silencio se apodero de nosotros, no era incomodo pero ya se estaba extendiendo demasiado.

—No, pero usualmente sus fiestas son buenas y a Ryan y a mi nos invitan 

—¿Ryan? ¿Ryan Style? —

Justin asintió.

—¿Lo conoces? 

—Sale con mi amiga Diana ¿La conoces? 

—Formalmente no. pero ella digamos que… —él sacudió su cabeza— olvídalo

—No, dime, se trata de mi amiga 

—Ryan y yo compartimos apartamento, él y tu amiga anoche bueno… —se rasco el cuello— estuvieron juntos y… 

La comprensión me golpea.

—Para, no necesitas seguir. Entendí 

—Lo siento, no quise incomodarte pero tú insististe y… 

—Tranquilo Justin, no pasa nada 

—Entonces Danielle, aún no me hablas de las “cosas más grandes” 

Sacudí mi cabeza.

—¿Por qué la insistencia? 

Él encogió los hombros.

—Curiosidad 

Suspiré.

—No es algo de lo que hable con regularidad —susurre mirando al vacío—. Lo siento Justin pero no hablo de ello con nadie. Simplemente quiero olvidarlo

No mentía, aquella fue una época de mi vida a la que no quería volver y hablar de ello me bajaba los ánimos enormemente.

—Está bien —su brazo me rodeo los hombros y me pego a su costado—, todos tenemos cosas de las que nos cuesta hablar 

Mire su brazo, el que me rodeaba y no pude evitar sacar mi lado curioso.

—Los tatuajes —susurre—, no tenías tantos en secundaría 

—En la universidad se me hizo imposible no tenerlos, me encantan 

—¿Duele? 

Lo pensó un rato antes de responder.

—Un poco es decir, solo al principio, pero no es un dolor que no se pueda tolerar 

—Supongo que es fácil decirlo teniendo tantos —no pude evitarlo, deslice mi dedo por su brazo. Al instante se tensó—. Lo siento

—No lo sientas —sonrió mostrando su perfecta dentadura—. ¿Crees que debamos volver a la fiesta? 

Lo admito, eso me entristeció. Quería seguir aquí con el sin nadie más pero él no, obviamente no.

—Vale —me levante—, probablemente las chicas me busquen —aunque ni yo me creía eso, ambas seguramente estaban de lo mejor junto a Ryan y Bruce. 

—¿Bailaras conmigo de vuelta? 

—Claro —comencé a caminar pero sus brazos me detuvieron—. ¿Qué pasa?

—Tu número —me tendió su celular—, escribe tu número. Quizás podamos, no lo sé quedar otro día 

Sonreí.

Lo sé, probablemente estaba siendo demasiado obvia pero el chico era lindo. Y luego de Brandon, no deja a Brandon fuera de esto, él puede irse a la mierda.

—Bien —le devol ví el teléfono luego de anotar mi número—. Vamos a bailar —lo tome de la mano y lo guie hasta dentro.

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