Alaia
Estoy en la cama con mi hija, tuvo un leve resfriado después de que sentí que tenía fiebre y ahora se encuentra mucho mejor, le brindamos todos los cuidados necesarios y mucho amor, lo que ayudo para que se recupere rápidamente, extrañé verla saltar y gritar en esos días.
Mañana tendremos el evento con los empresarios del país, será de grandes proporciones y mi padre me ha comentado que seré presentada oficialmente como su hija, ya que aquí es un secreto a voces.
—Hija, alguien te espera abajo —mi madre abre la puerta un poco y solo muestra su cabeza.
—¿Quién? —cuestiono frunciendo el ceño.
—Es mejor que lo veas por ti misma —sonríe levemente.
—¿Vamos a ver quién ha llegado? —pregunto a mi niña que desde que se enfermó permanece mucho tiempo junto a mí.
—Vamosh —dice bajito y después de sonreír por escucharla la llevo en mis brazos para ver quién ha llegado.
Estando en el primer piso encuentro de espaldas a un hombre que se ha puesto a la altura de los niños y habla con ellos, s