Alaia
Nos detenemos frente una puerta en el segundo piso y me siento tensa, miro a mis pequeños y ambos tocan suevamente la puerta con la palma de sus manitos, me miran y no dicen nada, así que asiento hacia ellos y presiono mis manos juntas antes de llevar mi mano a la puerta y empujarla, ya que está entreabierta, se abre la mitad y es cuando puedo ver un hombre de la edad de mi padre en la cama. Suspiro «Es tan joven»
Mi mirada recorre la habitación y veo a Nick dándonos la espalda mientras bebe un trago.
Trago con fuerza y busco las palabras en mi cabeza antes de hablar, pero Noah se me adelanta.
—Papá —su pequeña voz se escucha, abro los ojos y llena de emoción, miro a mi hijo; no se lo han dicho, desde que lo conocieron. Mi pequeño lo observa expectante y vuelvo a ver a Nick, su cuerpo se tensa y sacude la cabeza, creo que piensa que ha sido producto de su imaginación, sonrío con los labios cerrados.
—Papá —llama nuevamente y eleva un poco el tono y da un paso hacia él.
Nick