Cap. 51 El plan perfecto.
Su rostro se ve desencajado, me da miedo su expresión; no sé si vio o escuchó algo, ¡Dios! ¿Qué hago? ¿Qué le digo?
—Vino a despedirse. —Trato de sonar tranquila, pero por dentro estoy que muero.
—¿A despedirse? ¿Que no lo había hecho ya cuando llegamos del restaurante?
—No, bueno, sí, pero como fue con John y estuvo un momento más en la empresa, solo pasó a decir que ya se iba.
—En definitiva, ustedes fueron más que solo amigos y ese hombre busca, al parecer, no solo hacer negocios con la empresa, sino también con mi mujer.
—Carlo, no entiendo, ¿por qué te pones así?
—¿De verdad que no lo entiendes? ¿Tu cerebro no te da para más? Estoy cansado de esto, de que tú pareces mandarte sola y ahora hasta tengas visitas de hombres.
—Basta, yo también estoy cansada, no te entiendo; por momentos pareces apoyar mi idea de regresar y después vienes y me ofendes. Y mi cerebro da para mucho, sobre todo para entender que no merezco que me sigas tratando así. Ya te expliqué a qué vino Rohan; si lo p