—Tardaste mucho en el baño —Gloria menciona observándome detenidamente.

—Si creo que el desayuno no me cayó muy bien.

—Eso te pasa por comprar cosas a la carrera, seguro no te fijaste que fueran de buena calidad, espero que, a Carlo, no le hagan daño —Y ahí está pintada, como siempre tan linda conmigo —Solo espero que no te pongas mal, que yo aún no termino.

—Tranquila, elige con calma, creo que ya pasó el malestar.

Y así lo hizo, se tardó mil horas más eligiendo lo mejor y, si me preguntan si quedó algo para mí, pues no, la muy abusiva se aseguró de gastar todo lo que su querido hermano transfirió para ella.

—¿Cómo les fue? ¿Gloria, pudiste encontrar todo lo que buscabas? —De nuevo, Carlo vino a comer a la casa, claro, solo por su hermanita.

—Bueno, eso de encontrar todo lo que buscaba no. El centro comercial al que me llevó Amalia es muy simple, apenas hay un par de tiendas decentes.

—Amalia, ¿a qué centro comercial llevaste a Gloria?

—Al que siempre voy, no conozco otro —digo con f