Capítulo #2

Gianni

Después de haber estado viajando casi 8 horas desde Londres en el jet privado de nuestra familia finalmente estamos en NY, despierto a mi hermano para que esté listo por el gran recibimiento que nuestra familia nos va a dar, de eso estoy muy seguro.

Una vez que aterriza el avión y nos apresuramos a bajar, a quienes vemos primero son a nuestros padres ya estaban ahí listos para recibirnos, más atrás vienen llegando nuestros hermanos, junto a mis dos sobrinos, no sabía que nos habían extrañado tanto, hace casi 11 años que nos fuimos de NY para irnos a estudiar y hacer negocios en Londres, porque así fue la decisión de nuestro padre, debíamos probar que somos dignos de tomar las riendas del negocio cuando llegue nuestro momento, debíamos hacer un buen trabajo representando a mi padre allá y así fue que lo hicimos, porque aunque me toque a mí ser el líder lo seré junto a mi hermano eso ya está decidido, somos un equipo y así siempre lo será, nada ni nadie nos va a separar, nunca.

—Hijos, es una verdadera alegría tenerlos aquí nuevamente junto a nosotros, nos han hecho tanta falta ahora si la familia está completa—Mi madre se acerca y me da un gran abrazo que parece que me va a asfixiar por lo fuerte que es, luego le sigue el de mi padre y así van uno a uno nos van dando sus saludos.

—Pero mírate pequeña Cinnia, eres igual de linda que tu madre cuando ella tenía tu misma edad, ¿Debemos tu tío y yo tener nuestra arma lista por ahuyentar a cualquier patán?—Ella solo se ríe y mi hermana mayor Chiara niega con gesto serio pero después rompe a reír, mi hermana sabe que aunque éramos unos pocos años menor a ella siempre la cuidamos y la celamos cuando tenía sus novios o cuando salía a pasar el rato con cualquier perdedor en el colegio, ella fue la primera hija que tuvieron nuestros padres, pero como las mujeres no gobiernan en nuestra familia ese lugar fue destinado para mí como el segundo hijo, mi hermana fue cedida en matrimonio al hijo de un capo que pertenece a una familia aliada a la nuestra, como era de esperarse ella cumplió sin quejarse con su deber.

Así somos los Amuso siempre cumplimos con nuestro deber sin importar que, nuestra palabra es ley, Damiano es todo sonrisas y le encanta demostrar sus sentimientos cada vez que puede, toma en brazos a cada una de las mujeres de la familia en un gran abrazo, a él le gusta ser expresivo y mucho más abierto con las muestras de afecto que yo, eso para mí es algo que aún me incómoda y no es lo mío.

Esa es una de las razones por la cual dejo un montón de corazones rotos en Londres, ahora que me lo pregunto es un milagro que no haya terminado casado cuando estuvimos allá, siempre tuve que salvar su trasero en ese sentido porque no faltaba la que quería endosarle un hijo o que aseguraba que él le había propuesto matrimonio, todas esas situaciones las tuve bajo control, algunas veces era suficiente con dinero y otras pues con sangre, la segunda opción fue la que más prefería, pero ahora eso quedo atrás ya que estamos aquí en casa en donde pertenecemos.

NY, prepárate hemos llegado para gobernar con mano dura y si es posible con mucha sangre de por medio.

—Vamos, que está todo listo para ustedes mis bebés, pongámonos en camino —oír eso no me gusta nada, mamá sabe que no me gustan para nada las fiestas, por lo menos no las que ella organiza, peor si se parecen a las que nos obligaban a asistir cuando éramos más pequeños, siempre teníamos que estar sonriendo y conversando con todo el mundo, con niñas tontas o con señoras que se bañaban en perfumes escandalosos de muy mal gusto, ellas vivían repitiendo que íbamos a ser unos chicos muy apuestos y otras tonterías más, otras querían que nos casemos con sus hijas, eso jamás iba a pasar.

Eso me recuerda a cierto colibrí mal genio, el mismo que casi nos ahoga a mi hermano y a mí en aquella fiesta tonta que estaban haciendo porque se acercaba el nacimiento de su hermana.

Hacer de su vida un infierno fue lo mejor que pudimos hacer, nadie se ponía en nuestra contra jamás todos nos ayudaban si queríamos hacerla pasar un mal rato en la escuela, ver sus lágrimas era lo más placentero para mí, hacerla tropezar en los pasillos para que sus cosas terminen esparcidas por el suelo era lo que más le gustaba hacer a mi hermano, es una pena que hayamos tenido que irnos muy pronto y no pudimos arruinar la etapa más importante para toda niña, su adolescencia, me pregunto, ¿Qué será de aquella chica?

— ¿Qué nos tienes preparado madre?, dime ya que me muero por saberlo—Ese es el idiota de Damiano como siempre complaciendo a mamá.

— ¡Oh amor te va a encantar!, invitamos a todas las señoritas de buena familia para que estén presentes en su fiesta de bienvenida, todos deben recibir a mis bebés como se lo merecen como los futuros reyes de nuestro territorio, es por eso que debemos de ponernos en marcha ya—Odio cuando aún nos llama sus bebés, eso me hace sentirme pequeño y que el tiempo no ha pasado, que otra vez estamos a merced de todos sus caprichos.

— ¿No tengo yo a la mejor mamá del mundo?, claro que sí la tengo—Ruedo los ojos y me acerco a papá, él es como yo, no nos gustan mucho esté tipo de cosas a los que somos obligados a asistir.

—Padre por favor, no quiero asistir a fiestas de ese tipo es muy pronto apenas y henos llegado, convence a mamá que deje pasar unos meses, no quiero ver a mujeres tontas lanzarse sobre, quizás a mi hermano le guste pero yo no quiero—Él me da una palmada en el hombro, sabe a qué me refiero él también tuvo que pasar por esto todos estos años y solo ya que no había quien este de su lado conmigo en otro país, ya que Damiano siempre está de lado de madre.

—Veré que puedo hacer hijo, pero las invitaciones ya fueron enviadas desde antes de que ustedes salgan de Londres para acá, ya sabes cómo es ella con estos temas, además está con una misión, la de buscarles esposa, su madre no aceptara a cualquiera como su nuera, pero con el com...—Parece que iba a decir algo más pero se detuvo abruptamente.

— ¿Decías padre?, con qué cosa que ibas a decir—Él solo niega y le da un suave apretón a mi brazo.

—Nada hijo, ya llegara el momento de hablar de ello, primero tengo un asunto muy importante que arreglar con alguien y después con tu madre, pero tú no te preocupes de nada, que recién acabas de llegar y debes relajarte—Con eso da por terminado el tema y se acerca a nuestra madre, para susurrarle algo en el oído, después de eso ambos se disculpan y se van conversando entre ellos.

—Vamos Familia, vamos a casa que hay mucho por hacer—Una vez que digo eso, todos nos ponemos en movimiento con rumbo a casa.

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