Capítulo 4

—¿Cómo te sientes?— Daniel me regala un beso en la frente antes de sentarse a mi lado— ¿Necesitas algo? Podemos pedir cualquier cosa para cenar, ¿quieres helado, café, una malteada, algo?

—Estoy bien, cariño.

—Ven aquí —me ofrece un abrazo abriendo sus brazos hacia mí, apoyo mi cabeza en su pecho, me acaria el cabello con lentitud. —He estado muy ocupado con temas de la constructora y del trabajo— que incómodo es saber el verdadero significado de "trabajo" para él—, pero en ningún momento dejo de pensar en ti. Me gusta saber que estás aquí, esperándome. 

—Sabes, tengo una duda— busco su mirada— Sé que no eres tan grande, no tienes diez años más que yo, pero, ¿cómo era tu vida antes de mí?— Tensa un poco los músculos, lo puedo sentir en el abrazo. 

—Normal —sonríe y me da otro beso, pero esta vez en la mejilla. Intento hacer contacto con sus ojos, pero no me lo permite. Ignoro au respuesta con el solo fin de que hable más y no se cierre, quiero que responda mi sencilla pregunta. —No hay mucho que contar, cuando tenía tu edad ni hacía ni la tercera parte de lo que hago ahora, no hacia la cantidad de ejercicio que hago hoy en día. 

—Quiero el Daniel de esa época —la vida me resultaría más fácil si mi mate fuera un flojo y no un obsesionado con el ejercicio. 

—Pasaba todo el día con Zack y Ethan...

—Desde que nos separamos y tuviste que contarme la verdad, no quise preguntarte sobre Ethan, sentí que era algo que no debía de tocar.— Sus caricias se detienen y sé que está pensando bien que palabras decir. 

—Ethan... bueno, él fu hijo único. Su papá es un alcohólico, su mamá murió cuando él era muy pequeño, entonces quedó a cargo de su papá, pero por su adicción jamás le puso atención. Yo no tenía ni la más mínima idea de su existencia,hasta que entró a la escuela con Zack  y obviamente conmigo. Era un año mauor que nosotros— suspira antes de seguir hablando —Nos empezamos a llevar demasiado bien, nos convertimos en amigos inseparables, él era como un hermano para mí y un hijo para mis papás. 

—Entonces si el estuviera vivo, ¿tendría 27?

—Estaría a un paso de cumplir los 28, su cumpleaños era el 21 de diciembre. Si te soy sincero, ya ni siquiera puedo recordar su voz por cuenta propia, si no es porque de vez en cuando me ayudaba a grabar vídeos para mis clases de guitarra quizás ahora mismo no tuviera un recuerdo de él. 

—No he visto ninguna foto de él, ¿quieres mostrarme como era?— hablo con tacto, no quiero que piense que es una orden.

—Tenía varias fotos en mi antigua habitación en la casa de mis padres, no sé donde están, pero Zack tiene varias fotos en su cuenta de F******k, deberías de revisar. —Claro que he visto todo el perfil de Zack, buscando algo que tenga que ver con Daniel, así que sé a cuales fotos son.

—¿Alto, moreno y guapo?— de los tres, sin lugar a dudas él para mi era el más apuesto. 

—¿Entonces si has visto esas fotos? No sé como sentirme al respecto, ¿te pareció guapo? —Daniel simplemente sonríe divertido y con algo de melancolía.

—Las vi, no sabía quien era cuando las vi, se notaba que se querían mucho. Estoy segura de que su partida fue algo muy difícil y estoy orgullosa de que ahora mismo puedas hablar de él y que decidas no cerrarte. Odio cuando no me cuentas ciertas cosas de cuando eras más joven —tengo tantas preguntas para él, pero sé que si se lo pregunto él no me dirá nada y temo que enojaré.

—Su muerte ocurrió cuando yo no estaba en Parsons, estaba en la universidad. —Está bien, siento que he entrado a un lugar muy profundo de su bello corazón. —No lo despedí como se debe por... por algunas cosas que me pasaron en ese momento que me impedían regresar. Como sea ya han pasado 6 años después de eso, es algo que he superado. Hacerlo no quita que me duela saber que no fui el mejor amigo que él merecía, de vez en cuando nos molestabamos y no nos hablábamos por semanas. A veces por cosas importantes y otras veces por tonterías. 

—Entonces no era tu amigo, Daniel, él era tu hermano. Así pasa con los hermanos, ¿dabes cubatas veces me enojaba con James? Demasiadas, pero no por eso éramos malos hermano o malas personas, simplemente eramos hermanos.— Me levanto para poder sentame y ser yo quien abrace a Daniel, me acomodo en el sillón y le ofrezco mis brazos. Lo piensa por un minuto y enseguida se acurruca en mi pecho, le doy un beso en el cabello para después acariciar la piel tersa de su cuello con el dedo.— ¿Desde ese suceso Zack y tú se volvieron inseparables?

—No, Zack y yo ya éramos muy amigos antes de que Ethan fuera nuestro amigo. Con Zack siempre he tenido una relación sin roces, una amistad sana que sabemos muy bien como manejar, pero con Ethan era algo distinto. Él tenía sus traumas y sus metas, una razón más por la que quería ser la mano derecha de mi tío Anthony...— Respira hondo preparándose para hablar — Mi tío Anthony consumía la mercancía, uno de sus más grandes errores. Se volvía loco y hacía cosas sin pensar, Ethan siempre lo encubrió y lo intentaba cuidar y proteger de todo lo que le pudieran hacer o hacerse. Pero a él nadie lo cuidó, —presiento que aquí viene la razón por la que Ethan ya no está aquí y no sé si estoy preparada para escucharla— ni Zack ni yo, estaba solo, así que Anthony era su única compañía. Mi tío no lo veía así, estoy seguro de que para él simplemente era un mocoso que quería ser como él y ya. Yo también quería ser como mi tío hasta que... conocí lo que era la muerye y la vida y decidí salir de este camino tan escabroso que Anthony quería que siguiera. Salir del hoyo sería difícil una vez adentro, yo lo hice por mi mamá que nunca estuvo de acuerdo con la relación que tenía con mi tío. 

—¿Cómo es qué tomaste las riendas de ese negocio del que tan mal hablas?— No, no quiero saber como murió, es una buena idea cambiar de tema. No quiero traer malos recuerdos,  aunque me temo que ya lo he hecho. 

—Zack se hizo cargo por cuatro años seguidos, ni yo ni mi familia quería hacerlo. Anthony y Ethan murieron en el mismo incidente, nadie sabe que fue lo que verdaderamente pasó. Sólo sé que alguien los mató, alguien que deseguro Anthony molestó. Como sea yo no podía no quería volver a velar por su patrimonio, o más bien por el de toda la familia. Algo que construyó mi bisabuelo no podía ser tirado por la borda de es forma, Anthony era muchas cosas, pero había logrado el control de varios clubes nocturnos de Virginia. 

—Creo que no has respondido mi pregunta y la verdad es que no quiero saber tanto sobre eso. —Saber más hace que la imágen de Daniel con un arma en la mano y con esa expresión de oido y sin misericordia me ha dejado un poco traumatizada. 

—Llevamos dos años juntos Elizabeth y no planeo dejarte nunca, así que debes de saber de donde sale la mayoría del dinero que gastamos.

— No, no quiero saber, eso haría que me sientiera sucia.— Me apresuro a decir.

—¿Sucia? No, no tienes la culpa de que te haya tocado un mate como yo. No sabes cuanto lo siento, bebé —busca mi mano y se la lleva a la boca para darle una serie de besos.— Ethan quería ser como Anthony, las últimas veces lo único que quería era estar con él. Zack me dijo que Ethan pretendía ganarse la confianza de mi tío, lo que él no contaba era que estaba demasiado ocupado para darse cuenta de sus intenciones. 

—¿Tú querías ser como tu tío?— aún no entiendo mucho como era su tío, pero por la forma en la que habla Daniel de él no creo que haya sido una muy buena persona.

—Debo de admitir que sí, él no era tan viejo, era unos cuantos años mayor que yo. Así que crecimos juntos, eramos amigos y tío y sobrino, nos llevábamos bastante bien. Antes y después de que él decidiera seguir con el negocio familiar, eramos buenos compañeros. Yo decidí integrarme con él como a los 14 años, no sé, no me di cuenta, solo lo hice.— Sostiene mi mano y la acaricia, su tacto me distrae e incluso me distrae de mis malos pensamientos. Daniel es buena persona.— Después de mí entro Ethan, ahora no solo tenía un fan, eran dos, crecimos con Anthony y siguiendo sus pasos y sus ordenes. La verdad es que no sé cuanto nos afectó, pero lo hizo. No puedo explicar esa sensación que sentí cuando por primera vez jale un gatillo,— el corazón me empieza a latir, estoy un poco arrepentida por empezar esta conversación. Algún día tenías que saber todo, así que respira y tranquilízate. —esa persona cayó, sin más, solo se desvaneció bajo mis ojos. Fue... se sintió bien...

—¿Bien? ¿No te arrepentiste, no sentiste culpa?—¿Cómo es que me puede decir eso?

—No Elizabeth, no sentí nada de eso. Simplemente lo hice y así seguí, hasta que Anthony me dio a probar la cocaína que por mucho tiempo ae apoderó de mí tiendo 16 años. Fue una muy mala época, hice susfrir a mi mamá con mis adicciones, molesté a mucha gente y obviamente me metí en problemas. 

—¿Cuándo dejaste de consumir esa porquería?

—Solo toqué fondo y sentí que era hora de cambiar, pero no me funcionó demasiado. En la universidad fue casi lo mismo, hasta que me tomé las cosas en serio y puede regresar, hasta que te encontré... por ti... dejé a lado mis traumas y mis malas ideas. 

—Creo que no lo has dejado, es obvio que sigues en eso— en eso que tanto miedo me da.

—Lo sé, pero ya no tengo la necesidad de drogarme o de alcoholizarme. Soy cuidadoso con ese negocio que me puede llevar a la muerte o a la cárcel. Intento no cometer los mismos errores, para no dañarte, porque eres lo más importante para mí y tu bienestar también. —Me es inevitable sonreír al escucharlo, no puedo creer que me quiera tanto, estoy feliz de tenerlo. 

—¿Te parece si cambiamos de tema? —le pellizco ligeramente la oreja para que me ponga atención. 

—¿Cómo qué?

—Como esto— le pongo mi mano con el anillo frente a los ojos— ¿podemos hablar sobre esto? ¿Cuándo, como, dónde?

—Tú elije, nadie sabe así que dile a Lilly y dile que te ayude a organizar la fiesta que quieras. Yo solo aceptaré todo lo que tu decidas, estaré feliz con eso.

—¿Me estás diciendo que serás el típico novio que le vale todo? No, eso si que no, quiero que te involucres conmigo, es NUESTRA boda, no mi boda, así que debemos de organizarla juntos. 

—Sabes que la constructora me absorbe por completo, a penas y pude venir hoy a comer contigo, eso sin contar el otro negocio —Tiene razón, él no tiene tiempo.

—Lo entiendo, ¿te parece si nos casamos en un año? Creo que es un buen tiempo para que pueda organizar y detallar todo, en ese entonces tendré 20 años y creo que me sentiré algo cómoda con eso.

—Si lo que necesitas es tiempo, podemos esperar más tiempo. No te lo tomes tan a pecho, podemos esperar. Yo solo quise que supieras que te amo mucho y que quiero hacer esto más formal. Podemos esperar  a tus 21. No pienses por favor que te lo pedí para presionarte o para atarte

—Por todos los cielos, Daniel, estamos atados para siempre. Ya no se puede hacer nada para separarnos, ¿entiendes? —¿Alguna forma de separarnos? La muerte, solo eso. No creo que haya algo que pueda hacer que nos separemos, estoy marcada por él y una vez hecho eso, ni él ni yo podemos alejarnos. 

—Me alegra escuchar eso, pero, ¿tú me dejarías?

—¿A qué viene eso? Es obvio que no, bueno, —siempre y cuando no hagas alguna estupidez — siempre y cuando no metas la pata.

—Estoy esforzándome para no hacerlo, cariño. Te amo y no quiero dañarte jamás, ya te lo dije antes, no hay nada que yo no pueda evitar hacer. Actúo pensando en ti y de que forma te puede repercutir, así que siemore ten en cuenta esto: te amo y siempre estás en mi cabeza, siempre pensando hacerte dichosa y hacer que te sientas amada.

—Que lindas palabras —acerco mis labios a los suyos y le doy un beso, él me sujeta la cabeza y me atrae a él con más fuerza.— Mi cuello— está ejerciendo demasiada presión. 

—Lo siento, me sumergo demasiado en la pasión —Daniel se levanta y se sienta juntos de mí, me jala de las manos y me ayuda a subirme a su regazo. Quedamos frente a frente, mirándonos directo a los ojos y con una sonrisa plasmada en el rostro. —¿Puedo?— asiento con la cabeza para darle permiso de hacer lo que quiera conmigo, no recuerdo en que momento Daniel y yo empezamos a pedir permiso de tocarnos mutuamente. En realidad es cuestión de respeto, pero me gusta saber que mi integridad siempre está a salvo.— ¿crees que puede hacerlo? ¿O resulta incómodo para ti en éste momento?

—La verdad es que solo quieeo caricias tuyas, porque me duele un poco el vientre bajo— detesto que me venga la regla, peeo creo detestaría más que no vinera, así que intento no quejarme.

—Bien— Toma el dobladillo de mi camiseta negra y la empieza a subir, dejando al descubierto mi abdomen, que misteriosamente logra mantenerse plano. —Si tan solo hicieras ejercicio... tendrías un cuerpo totalmente diferente, me gusta como estás. 

No contesto nada, solo observo como Daniel trabaja mi piel. Me da besos en la mano y también me acaricia la piel de la espalda con la mano.

—Creo que me estorba esto— finalmente tira de mi camiseta y me la quita de un tirón. —Me gusta que no uses sostén, ¿es más cómodo así?

—No sabes cuanto, te sientes libre y no tienes una constante presión en tu espalda ni metales tratandote de perforar una teta— me burlo de mis propias palabras con una risa escandalosa. 

—Esa risa me fascina...

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo