Ella no iba a detenerse, no iba a dar siquiera una sola mirada hacia atrás, estaba cansada y estaba más que determinada a no ceder, tal vez alguien más, cualquiera que la viese en ese momento le diría que era una tonta, y una completa estúpida por no correr hacia el hombre que amaba y no luchar juntos por la seguridad de su hija, por hacer que ellos pagaran y por mostrar que era una mujer fuerte, pero la cuestión era que ella no lo era, no era alguien fuerte, siempre lo aparentaba, siempre se mostraba tan apacible y tranquila ante los problemas.
Pero no era así, ella tenía miedo, Valentinne estaba tan llena de temor y de traumas que de solamente tocar su hombro le llegaban pensamientos de fortaleza o de seguridad, no, era todo lo contrario, el temor la invadía, la volvía solo una pequeña niña que rogaba porque alguien la ayudase, por qué no la dejarán sola, ella temía, le