Habia pasado un poco más de un mes, desde que se habian casado, Max habia invitado a Fernanda a almorzar, después de una audiencia en el juzgado, y le pidió que lo viera ahí.
Cuando ella llegó, vio a Regina ajustando su corbata, Max no se percató de su presencia y entró a la sala. Ella esperó por un rato hasta que salió a buscarla.
- Hola, cariño, te ves linda - le dió un beso en la mejilla - vamos.
Ella estaba muy callada en el auto, lo que preocupó a Max.
- ¿Estás bien? - trato de tomar su mano, pero ella la retiró.
- Si, no pasa nada.
- No escuchaste nada de lo que dije ¿verdad?.
- ¿ Cómo dices?- realmente su mente repetía el momento de ese gesto que parecía íntimo.
- Por favor, ¿ Me puedes decir que te pasa?- empezaba a molestarse. ¡ Y no me digas que no es nada, Fernanda!, te conozco bien, así que dímelo.
- Te vi, antes de entrar a tu audiencia, ¿ Cómo permitiste que Regina...ella te ajustó la corbata, y tú le sonreíste.
- Eso es una estupidez, ¿ Por eso estás molesta? creo q