Leticia asintió.
— Bien, entendido.
Ana y Leticia llegaron a la entrada de la universidad y descubrieron que el Maserati familiar estaba esperando en la puerta. Carlos se apoyaba en la puerta del vehículo, esperándola.
— Carlos, ¿viniste a recogerme? —preguntó con alegría mientras arrastraba a Ana hacia él. Estaba muy nerviosa, temiendo que Carlos dijera que había venido a buscar a Silvia. Ya había perdido la cara una vez y esta vez, pasara lo que pasara, haría que Carlos la llevara.
— Sí. ¿Esta es tu compañera? —Carlos asintió y saludó a Ana.
El orgullo de Leticia se disparó instantáneamente. Con satisfacción, le dijo a Ana:
— ¿Ves? Te dije que Carlos vendría a recogerme. Ahora mi hermano también te llevará a casa.
— Carlos, esta es mi compañera. ¿Podemos llevarla a casa de camino? —miró a Carlos con esperanza, temiendo ser rechazada.
Carlos frunció ligeramente el ceño, pero asintió.
Una vez en el auto, Ana miraba a su alrededor y tocaba todo. Nunca había estado en un coche tan lujoso