¡Bang!

Flores florecieron en el cielo, de varios colores, en un instante parecían consumirse completamente, las llamas restantes caían como meteoros, muy hermoso y melancólico.

Nunca había visto este tipo de fuegos artificiales, impresionantemente hermosos. Con fuegos artificiales tan brillantes, incluso ya no podía ver la luz de las estrellas en el cielo negro.

Exhaló, como si expulsara aire viciado.

—Muy hermoso.

Daniel se acercó una vez más a Silvia.

—No sé qué te dijo Milena, pero es necesario que te diga que ella y yo somos solo amigos, no tenemos otra relación, ni otros sentimientos.

Hizo una pausa y continuó:

—En el futuro tampoco tengas contacto con ella.

Silvia frunció ligeramente el ceño.

—¿Por qué?

—Ella no es como la ves, no es Leticia, tampoco es Fátima.

Silvia reflexionó por un momento.

—¿Quieres decir que me haría daño?

De repente recordó las palabras de Sofía. Esa mujer con el anillo de diamante azul y el lunar detrás de la oreja parecía estar confirmado que era Milena.