Fátima observó la reacción de Carlos con irritación, aunque lo disimuló.
Roberta fulminando a Silvia con la mirada: —¡Tú eres la vergonzosa! ¡Qué desvergüenza! Vinimos específicamente para reconciliarnos contigo. ¿No es dinero lo que quieres? ¿No fue suficiente todo el dinero y la casa que ya te dimos? ¿Cuánto más necesitas para dejar en paz a Leticia?
Silvia: —Ese dinero me lo debía Carlos. Y en cuanto a tu reconciliación, no la acepto.
Roberta avanzando un paso: —¿Crees que importa si no la aceptas?
Con una sonrisa burlona continuó: —No pienses que los Caballero te protegerán toda la vida. ¿Cómo podría alguien como Daniel interesarse realmente en ti? Aunque ahora te proteja, solo está jugando contigo. Silvia, no te creas tan importante, él nunca te ha reconocido públicamente.
—¿Qué le estás diciendo a mi novia? —interrumpió una voz gélida.
Daniel entró con el desayuno, lo dejó sobre la mesa y se acercó a Silvia. Miró a Roberta con desdén: —Veo que los Ferrero se han vuelto bastante a