¡Está perfectamente bien! Alguien la está vigilando, no morirá —dijo Laura con voz gélida.
Los ojos de Silvia estaban llenos de preocupación. Vivian tenía traumas psicológicos y era sensible a las situaciones estresantes. Ahora, con este secuestro, podría sufrir una crisis.
—Vivi tiene problemas psicológicos, no puede soportar situaciones de estrés. Llévame a verla, y cuando compruebe que está bien, ¡te escribiré el artículo!
Silvia intentó suavizar su tono. Por la reacción de Laura, parecía estar al borde del colapso.
Quizás el asunto del artículo la había traumatizado tanto que la había llevado a cometer este acto extremo. Silvia volvió a hablar con voz calmada:
—Profesora Laura, no olvide que antes de ser despedida era profesora. Usted misma dijo que había enseñado en la Universidad Santa Mónica durante muchos años. Vivian también es su estudiante. Un profesor debe proteger a sus alumnos, no dañarlos. Creo que esto no es realmente lo que usted quiere, pero aún está a tiempo de parar