Detesto el reguetón.

Anaís se quedó paralizada por la revelación que Jacques le decía. Si realmente, el nombre de los nuevos productos es Síana, significaba que Gerald había estado ocultándole información importante todo este tiempo. Se sintió traicionada y confundida, ¿por qué él habría hecho algo así? Eso no lo podía entender.

Jacques, viendo el efecto de sus palabras en ella, se acercó y trató de consolarla, a la vez que una sonrisa triunfante apareció en su rostro.

—Anaís, sé que es difícil de asimilar, pero estoy aquí para apoyarte en todo lo que necesites. Incluso si decides casarte conmigo, estoy dispuesto a cuidarte y protegerte, incluso si necesitas hablar o cualquier cosa, aquí estaré.

Sin embargo, ella no prestó atención, buscaba en su mente conversaciones que había tenido con Evelin, para poder atar cabos que le dijeran la verdad, cuando la cuestionó ella le había dicho que el dueño del Jet Síana era el mismo que le dio la casa en Francia, pero ahora veía con claridad que Evelin y Gerald no
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