Lilian
Entro a la empresa, mi estómago duele por la ansiedad, siempre llegamos al mismo horario y viajamos en el mismo ascensor.
Hoy no es la excepción, entra al ascensor y cuando me ve sus ojos brillan, nunca lo había visto así, su mirada llena de amor me da seguridad y calidez.
Disimulo mi emoción como si estuviera subiendo al ascensor con alguien más.
Parece que la ansiedad hace que las puertas se cierren demasiado lento maldición.
Están por cerrarse y Uriel pone la mano para subir ¡Mierda!
Miro a Danniel y está tenso, demasiado tenso, temo que esto se vaya al diablo.
— Hola preciosa — Uriel me saluda demasiado amable y coqueto.
— Uriel, ¿Cómo estás? — sonrío incomoda y rogando que no intente nada porque estoy viendo los nudillos de Danniel tornarse blancos de tanto que aprieta sus puños.
— Ayer me quede pensando en ti, te fuiste en la mejor parte — Trago grueso, maldición Danniel va a matarlo.
— Imprevistos, es una lástima,