Cap. 35 La suegra
Lauren no creía en cartas, mail o cosas parecida, él pensaba en otra cosa y lo que mejor se le daba es la comida, entonces reunió a su hijo y le dijo:
—Necesito de tu ayuda.
—Dime papito.
—Quiero impresionar a tu abuela.
Bruno arrugó el ceño y le preguntó:
—¿A la abuela Julia?
—Nop, a tu abuelita por parte de mamá.
Eso era totalmente nuevo y el niño preguntó sorprendido:
—¿Tengo una abuelita por parte de mi mamá?
—Sí, tenemos que ir a verla y darle un presente.
—¿Un presente?
—Algo lindo—miró a su hijo tan bonito—así es, lo que sabemos hacer es cocinar.
—Yo sé dibujar.
—Puedes hacer un lindo dibujo de tu mamacita y de tu hermana.
—De ti y de mí.
—De todos, algo lindo.
Entonces le advirtió:
—Pero debemos guardar silencio, porque es una sorpresa para tu mamacita.
—¿Una sorpresa?
—Vamos hacer algo rico para tu abuelita y tu mamacita no va saberlo hasta después.
Comenzaron a preparar un pastel, en esos casos un pastel que evocara lo más tierno y hermoso, Lauren diseñó u