CAPÍTULO 9: ¡MI MARIDO ES GAY!
April deseo poder encontrar una grieta en el suelo y que se la tragara, avergonzada, se cubrió la cara con el periódico. El hombre debajo de Marcelo vio a April y de inmediato lo empujo con fuerza, se apretó la toalla alrededor de la cintura y dijo con expresión agraviada.
―¡Con un demonio, Marcelo! ¿Cómo permites que tus empleados entren así?
Marcelo se puso de pie y se sacudió el cuerpo de manera natural.
―Si tienes miedo de perder la cara, no vuelvas a usar mi toalla.
―Ja, ósea que, ¿todo es por esta estúpida toalla? ¿Cómo querías que saliera? ¿Desnudo? ―el hombre se rascó el cabello con irritación y señalo a April. ―Tú, deja de estar parada ahí como estatua y ve por un café.
Ella asintió rápidamente, miro al hombre que parecía familiar y luego miro el periódico en su mano.
«¿No es este el hombre de la foto?»
April se quedó dónde estaba, y aún no había ido por el café. El hombre con la toalla estaba a punto de regañarla, cuando Marcelo hablo.