—Está bien, pero quédate conmigo. —me pide y logra hacerme morir de amor por ella, es tan tierna.

—Lo siento Star.

No puedo hacerlo, mientras más me quedé con ella, temo no controlar mis emociones e ir más allá tocando el fruto prohibido.

—¿Eres idiota o que? ¿no estás entendiendo mi indirecta muy directa?

—¿Qué? —me hago el loco.

Por supuesto que había entendido.

—Si me gustó el beso y quiero más que eso, no solo quiero estés conmigo para conocerme y que confíes en mí, si no porque quiero que siga creciendo lo que siento por ti.

Mierda, esto es lo que había deseado por mucho tiempo, pero mierda, no puedo. Mi silencio tal vez la esté matando, así que hablé.

—No quise presionarte, lo siento.

—¿De qué hablas? —me ve confundida.

—Del beso.

—Eso no me presionó.

—Parece que lo hace. —supongo.

—¿En qué sentido?

—Estaré muy ocupado por peticiones de tu padre.

Cambio de tema y rudamente lo acepta, porque es muy orgullosa.

—Y debes cumplir porque o si no sospecharía… gracias p