Capítulo dos. Ultimátum

Ultimátum

Valeria salió del ascensor apenas las puertas se abrieron. Decir que encontrarse con Derrick Philips era una mera casualidad, sería mentir. Lo había esperado.

Lo había provocado.

Una sonrisa se dibujó en su rostro, Derrick no tenía idea de lo que estaba por venir. Iba a golpearlo donde más le dolía y lo mejor de todo, no iba a poder hacer nada para impedirlo.

—¿El mensaje llegó a tiempo? —preguntó Dylan bajando del auto para rodearlo y abrir la puerta del copiloto para Valeria.

—Mejor, imposible —respondió sin borrar la sonrisa de sus labios.

—Pensé que le causarías problemas —dijo, poniendo el motor en marcha.

—Lo hice —respondió Valeria—. He invitado a Derrick Philips a mi fiesta de cumpleaños.

Dylan frenó en seco al escucharla.

—¿Te has vuelto loca? —preguntó, girando el rostro para verla.

—Nunca he estado más cuerda en mi vida, te aseguro que no irá. No es tan valiente —aseguró Valeria.

¿La razón?

Derrick Philips siempre abandonaba todo lugar donde ella entraba. Eran enemigos y Valeria no tenía ningún jodido problema en dejárselo claro cada vez que podía y nadie podía culparla. Había sido el mismo Derrick quién aseguró en el pasado que lo único que tenían en común era la enemistad de sus familias.

—Yo no estaría tan seguro, cariño —refutó Dylan, no estaba de acuerdo con tentar el orgullo de Derrick.

Valeria le sonrió.

—Llévame a comer y deja de pensar en Philips —ordenó.

Dylan negó con un movimiento de cabeza, sin embargo, se dirigió al restaurante favorito de Valeria.

Dylan vivía para complacerla en todo…

Mientras tanto, en la sala de juntas Derrick guardó la laptop, había enseñado a Kenji Yamanaka su propuesta, pero bastó ver el desinterés del hombre para saber que tenía pocas posibilidades de quedarse con el contrato millonario que ofrecía el japonés. Lo peor era perder ante Valeria Anderson, su enemiga jurada.

Porque fue lo que quisiste que fuera, pudo ser más que eso.

Derrick hizo a un lado la voz de su conciencia, se negó a ir por ese camino, había pasado cinco largos años y ninguno de ellos era el mismo. Valeria tenía una vida hecha y parecía que Dylan Cooper ocupaba su lugar.

—Estaré a la espera —dijo, sabiendo que ya nada tenía que hacer en la sala de juntas, por lo que recogió sus pertenencias, extendió la mano para despedir al señor Yamanaka y salió con paso firme. Esperando no encontrarse con Valeria de nuevo.

Derrick caminó hasta su auto, era una jodida suerte que Archer no subiera con él a la reunión. Archer en su afán de salvarle el pellejo, terminaba embarrándola más.

—Vi salir a Valeria Anderson —dijo Archer, tan pronto como se reunieron dentro del auto.

—Lo sé, sostuvo una reunión con el señor Yamanaka antes que nosotros —dijo, lanzando su portafolios a la parte trasera del auto sin ceremonia.

—¿Se enfrentaron? —preguntó, pues no sería la primera vez.

—Me gustaría decirte que sí y que gané, pero creo que hemos perdido este proyecto, además de ganar una cordial invitación a su fiesta de cumpleaños el próximo fin de semana —dijo.

—¿Qué?

—Lo que escuchas, Archer. Valeria me ha invitado —mencionó, cerrando los ojos, tratando de no pensar en el único cumpleaños de Valeria que pasaron juntos, el día que ellos habían hecho el amor…

—Por supuesto que declinaste la invitación —se apresuró Archer mencionar.

—No lo hice.

—¿Te has vuelto loco? —cuestionó con el ceño fruncido.

—Quiero ir y quiero saber lo que Valeria se trae entre manos —mencionó, sin mucha convención.

—Estás loco y no es una pregunta, es una jodida afirmación —dijo Archer— ¡No tienes que ir! —añadió.

—Vayamos a comer —pidió sin ánimos de entrar en ninguna discusión con su mejor amigo.

Archer terminó obedeciendo, porque sabía que no lograría convencer a Derrick de hacer semejante locura.

Sin embargo, y para su mala suerte terminaron encontrándose con Valeria y Dylan. El hombre era un oportunista, por lo menos, lo era desde el punto de vista de Derrick, ya que, no había perdido oportunidad de metérsele a Valeria por los ojos y parecía que…

—Deja de verlo, pensarán que estás interesado en ellos —habló Archer, logrando que Derrick girara el rostro y lo mirarse con cierta molestia.

—No estaba mirándolos —refutó él.

—Claro, lo que tu digas —comentó con ironía. Archer seguía sin comprender el comportamiento de Derrick cuando de Valeria Anderson se trataba. ¿No se suponía que era su enemiga? De hecho, Valeria lo tenía claro, pero Derrick parecía que no.

—Será mejor marcharnos —mencionó Derrick, luego de ver como Dylan limpiaba una mancha inexistente en la barbilla de Valeria y ella le sonriera, esto era…

—Estoy de acuerdo contigo, estar aquí es… demasiado —convino Archer, podía sentir la tensión en el ambiente, el hombre estaba seguro que se podía cortar con el filo de un cuchillo.

Derrick volvió a la oficina, se ocupó de todos los asuntos pendientes, mientras evadió las llamadas de su actual amante, no quería verla, hoy lo único que deseaba, era volver a casa y olvidarse de todo. Olvidarse de ella.

Cuando finalmente la noche cayó sobre la ciudad, él salió con rumbo a casa, Derrick lamentaba no poder venir a su piso como de costumbre, pero su madre lo necesitaba a su lado y no podía fallarle, no después de lo que su padre le había hecho.

—Por fin llegas, estaba esperándote —la voz de Patrick llegó a los oídos de Derrick, haciendo que el hombre se detuviera en seco.

—No tienes por qué esperarme —refutó.

—Tenemos una conversación pendiente, Derrick, te guste o no —mencionó Patrick, poniéndose de pie.

Derrick se fijó en el vaso de licor en la mano de su padre y supo que ya estaba ebrio.

—Hablaremos mañana, ahora saludaré a mi madre —dijo, intentando pasar de ese trago amargo.

—Tu madre no está, se ha ido de vacaciones —informó.

Derrick lo miró con enojo.

—¿Qué fue lo que le hiciste esta vez? —preguntó.

—Nada, ella decidió que era bueno darse un pequeño descanso de todo esto. No me culpes, Derrick, tu madre está cansada de que seas a diario el protagonista de todas las portadas…

—¿Qué es lo que quieres, papá? —preguntó Derrick, cansado de la situación.

—Te lo dije por la mañana, quiero que te cases, que tomes responsabilidad de tu vida, es la única manera en la que te dejaré ser el CEO de la compañía, de lo contrario…

—De lo contrario, ¿qué? —refutó Derrick interrumpiendo a su padre.

—De lo contario, será tu hermano quién asuma la presidencia de la compañía —dijo y Derrick podía jurar que había cierto regocijo en su voz.

—Medio hermano —gruñó Derrick.

—Sigue siendo mi hijo y una opción para asumir el cargo de CEO en la compañía, así que eres tú quien decid. Tienes un heredero o la empresa estará a cargo de Austin, tu medio hermano.

Derrick apretó los puños con fuerza, era un ultimátum, su padre sabía que tarde o temprano cedería a su petición, pues no podía dejar la compañía de su madre, en manos del hijo de la amante de su padre…

¡Jamás!

Austin era un recién aparecido del que no sabía nada, hasta hace unos días, que convenientemente aparecía para arruinar su vida, seguramente por petición de su padre.

—Piénsalo, pero no te demores — Patrick entregó el vaso de licor a su hijo y lo dejó solo en la sala.

A la mañana siguiente, Derrick terminó contándole todo a Archer, no tenía a nadie más para desahogarse, él estaba sintiendo el agua llegarle al cuello.

—Tu padre no puede hacerte eso —dijo Archer, el hombre mesó sus cabellos negros, mientras procesaba lo que Derrick acaba de contarle.

—Puede y lo hará, mamá le firmó la cesión de sus acciones, si él quiere, puede nombrar al hijo de su amante como CEO —confirmó Derrick.

—Has trabajado duro desde antes de graduarte, tu padre no puede simplemente tirar por la borda todos tus esfuerzos —continuó Archer.

—A mi padre le importa una mierd4 lo que he hecho por esta empresa, se ha concentrado en mis escándalos, pero se ha olvidado de lo que puede ocurrir si hace pública la existencia de un segundo hijo y que, además, es ilegitimo —gruñó.

—El problema es, que tu madre también saldrá afectada —le hizo ver Archer.

—Lo sé, pero no quiero casarme, menos si no estoy enamorado. ¡Tengo amantes no candidatas a esposas! —exclamó, poniéndose de pie de manera abrupta, haciendo que la silla cayera estrepitosamente sobre el piso.

Derrick jamás se casaría con una de sus conquistas, todas eran aventuras de una noche, no las veía como la mujer de su vida y menos como la madre de sus hijos…

—Tu padre lo que quiere es un heredero, ¿verdad? —preguntó Archer, luego de un corto silencio entre ellos.

Derrick asintió, mientras su vista se perdía en los edificios de enfrente.

—Alquila un vientre —dijo Acher, sorprendiendo a Derrick.

—¿Qué?

—Es la solución más sencilla, buscas un profesional que te asista, eliges a la candidata perfecta y en nueve meses tendrás a tu heredero…

Derrick pensó que su amigo se había vuelto loco.

—No me mires así, para situaciones extremas, decisiones extremas —dijo.

Alquila un vientre…

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