Capítulo 125: En la piscina.
Las luces sumergidas dentro de la piscina teñían el borde interno con tonos turquesa, generando destellos que se reflejaban en el cristal de las ventanas y en las esculturas de mármol blanco que adornaban el espacio.
El sonido constante de la cascada artificial fluía como un susurro tranquilo, llenando el lugar de una atmósfera íntima y serena.
Rosalind permanecía en el agua, apoyada con los dedos en el borde interno, observando en silencio cómo Donovan la miraba desde la orilla.
Su cabello rubio caía mojado por su espalda. El color crema de su bikini hacía contraste con la iluminación del agua, como si su piel brillara ligeramente.
Donovan no apartaba los ojos de ella.
Y Rosalind lo sabía.
Él comenzó a desabrocharse el chaleco, despacio, con movimientos tranquilos y seguros. La tela se deslizó por sus brazos, revelando la camisa blanca.
Rosalind inhaló con suavidad, sin darse cuenta. Sus ojos se centraron en las manos de Donovan. Luego en su pecho. Luego en el movimiento len