Capítulo 91
Emma levanta sus brazos, sus caderas se mueven, agarra el espaldar de la cama y este se mueve al mismo ritmo de sus cadera.
— Ahhhh — grita Emma feliz al llegar al clímax mientras Máximo gruñe y se demarra en ella.
La loba cae al lado de su esposo, su frente está llena de sudor.
— No podemos seguir peleando si las reconciliaciones nos dejan sin energías — bromea mientras le da un beso para ir a la ducha.
Máximo se viste, decide bajar al estudio a pesar que es tarde en la noche para revisar la correspondencia del día.
Encuentra una carta sin remitente, llama a una de las sirvientas y está le informa que la carta fue dejada por un pequeño lobo al que le pagaron por dejarla en la casa lobil.
Máximo la abre y decide leer su contenido.
Con cada línea, con cada palabra de aquella carta, el va perdiendo la compostura, siente una enorme rabia que sube por su cabeza.
Sube a gran velocidad a su habitación, Emma está sentada en su tocador peinando su larga cabellera mientras sonríe f