Las cejas de Daniel se fruncieron.―¿Una chica? ¿Qué chica?―Cabello negro, ojos verdes…Cerro los ojos y apretó el auricular.«¡Maldición! ¿Es casada?»Se obligó a calmarse y dijo.―No te preocupes, Bob. Hazlos subir.―S-sí, señor.Colgó y se fue directamente a la habitación, cuando llego N
Paulina W
Hasta aquí llegamos con Daniel y Naomi. Mañana retomamos a papi Jonathan y Aurora.
Me duelen mis ojitos, pero ustedes lo valen.
Recuerden, la historia de Daniel y Naomi, sera otro libro.
¡Awww! Esta parejita promete.
Las quiero.