—Abuela, entiendo que tengas un concepto distinto al mío. Pero la mujer que amo es Zaria. Ella ha sufrido mucho por mi culpa y es justo que también tenga un poco de felicidad.
—¡Felicidad! ¿Sufrir? — la anciana estaba molesta por la actitud de su nieto — Tu amnesia resulto ser muy selectiva — dijo