El corazón de Angeline se apretó al escuchar la historia de Roxie sobre su infancia. Era el tipo de dolor adormecedor que atravesaba su alma, su corazón, su hígado e incluso sus pulmones.
Angeline se aferró a Roxie con fuerza como si estuviera sosteniendo a un bebé recién nacido. Presionó su débil cabeza contra sus brazos. Las lágrimas de Roxie caían como una lluvia torrencial que seguía fluyendo.
Angeline miró a Roxie, que se debilitaba cada vez más a causa de su enfermedad. Sintió aún más pena por ella. “Tienes que escuchar a Mami, Roxie. Tienes que ser fuerte y sobrevivir a este obstáculo. Entonces tendrás una felicidad infinita en el futuro”.
De repente, Roxie dijo en voz baja: “Me gustaría verlos, Mami”.
Angeline sabía que Roxie se refería a sus padres. Aunque odiaba a sus despiadados padres, quienes no tenían sentido de la responsabilidad, aún así seguía siendo el deseo de Roxie. Por lo tanto, Angeline le dijo a Roxie: “De acuerdo, está bien. Mami los buscará”.
Después de ac