“Entonces te llamaré ‘Hermano Mayor’, maldita sea”, Dan Cullen, el estudiante más renombrado de todos, prometió con valentía.

Cuando otros estudiantes vieron cómo Dan había declarado su posición, se concordaron uno tras otro. “Yo también”.

Jenson dijo: “De acuerdo”.

Un brillo intenso apareció en los ojos de Dan. Señaló al estudiante más débil de la clase. “Tú, pelea”.

Con una voltereta hacia atrás, el chico saltó al escenario alto de la arena.

“¿Puedes subir, Jenson? ¿Quieres que te cargue?”, bromeó el chico.

Las palabras provocaron un ataque de risa a otros estudiantes.

Jenson vestía una camiseta blanca y un par de pantalones deportivos negros. Su piel era clara y su cabello flotaba con la brisa. Como un gato, tenía una expresión siempre lánguida, luciendo como un príncipe noble que había salido directamente de una historieta. Parecía un príncipe que necesitaba ser protegido.

Ya que este príncipe estaba buscando pelea, todo parecía tan contradictorio y fuera de lugar, lo que h