Siento un frío en la espina dorsal y doy media vuelta. Reparo bien en su rostro. ¡Es Ella! Julia está aquí. Agradezco mentalmente por haber puesto mi celular en el silencioso, pues así atiendo la llamada de Rafael sin que ella perciba.
Angel: ¿Julia? — ella me encara espantada — Podemos conversar en otro lugar si quiere, pero por favor baje el arma.
Julia: No quiero conversar. Usted no entiende, él nunca permitió que yo me quedara con él en su casa. Él ama usted. Él nunca me amó. ¿Cree mismo que yo voy a dejar usted salir de aquí viva? — la única cosa que puedo oír es mi respiración descontrolada.
Angel: ¡Ah... por favor! — ella destraba el arma — yo me arrodillo pidiendo a Dios que ella no me haga nada.
Julia: Mira... ella ve mi celular en mi bolsillo. Al coger ella ve que estoy en llamada con Rafael — dé adiós a su mujercita.
Rafael: ¡Julia, no! Ella no tiene nada que ver con... — de repente todo está en cámara lenta.
RAFAEL
Así que despierto veo que Angel no está más allí. Pregunto