RAFAEL
Angel al menos pensó en mí en aquel momento. Incluso entiendo que ella nunca pensó en mí como padre de las niñas por creer que yo había muerto.
— ¿Está todo bien? — Catarina dice, mientras viene corriendo después de todo lo que sucedió.
— ¡Tenemos que irnos, ahora! — mi hermana abre el cajón de mi oficina y retira el arma de dentro.
— ¿Dónde piensas que vas? — Max la sujeta delicadamente por el brazo.
— A salvar a mi sobrina, ¿estás ciego o qué? — Max respira hondo.
— Tú no vas — toma el arma de su mano.
— ¡No! — viene caminando detrás de nosotros.
— Yo cuido del casino — dice a Catarina preocupada.
— Papi... — Eloise me llama temblando.
— Todo va a estar bien, quédate aquí con la tía Emily que en breve volveré con tu hermana, ¿de acuerdo?
— ¿Lo prometes? — muestra su dedito.
— Lo prometo — entrelazo el dedo en el suyo. Al entrar en el coche me doy cuenta de la falta de una persona — ¿Ananda? ¿Dónde está ella, Max?
— No lo sé. Ella desapareció así como Ana.
HENRIQUE
Después de