Lila.

Luego de salir del salón donde nos reunimos con los Franklin, debíamos entrar en otro donde se encontraban ejecutivos de la sucursal de Vari y Asoc. junto a distintos inversores de Seattle.

Se suponía que mi cabeza debía estar puesta en el caso y en la siguiente reunión, pero como siempre mi cabeza de chorlito estaba pensando en los "chicos bonitos Franklin".

- Oh por Dios, que hombres tan sexies- pensaba ruborizando mis mejillas ante el hecho de que me hayan despedido con un beso.

-Habré hecho algo bien en mi otra vida para que me tratarán así- seguía divagando mientras ponía mis manos en mi cara riéndome como tonta.

- Y quieren bailar conmigo- chillé alegremente por ese pedido.

Hasta que de golpe choqué contra una columna y retrocedí varios pasos. Frotándome la frente donde me golpeé al levantar la vista me doy cuenta que no era una columna, sino mi jefe, que al darse vuelta me lanzó una mirada fulminante que podría matar a cualquiera que se cruzara por su camino