Timothy.
Después de terminar la llamada con Lila, donde me decía que había salido antes de la oficina por un percance laboral, quedé más que preocupado de que su jefe la haya reprendido o peor aún, la haya echado por lo que sucedió en la entrada de la firma. Es por eso que decidí ir a su casa antes de la hora que habíamos acordado.
Cómo sabía que iba a demorar un poco en llegar pasé por su pastelería favorita y compré las donas que tanto le gustan; pensé que si estaba triste podría animarla con eso.
Pasaron al menos unos quince minutos en los que la esperé bajo un árbol, pensando que tal vez me excedí con el golpe, tenía miedo que ella haya pagado por mi actitud aún que su jefe se lo mereciera. Mientras estoy sumido en mis pensamientos escucho que mi dulce Lila, me llama.
-¿¿Timy, hace mucho que me estás esperando??- me abraza y me da un beso en la mejilla.
-No, solo unos minutos- digo mientras la miro absorto por el brillo que tiene hoy su rostro.
- ¿Qué traes en el paq