Andrómaca
Sudor frío baja por la piel de mi garganta perdiéndose entre mis senos, la mirada de las personas en el juzgado me pone nerviosa y tener ese par de ojos puestos en mí aceleran el ritmo de mi corazón y no de buena manera, siento que si no respiro la presión me derrumbara, las vueltas de la vida siempre te sorprenden, nunca pensé estar en el lado del paredón, esperando un dictamen cuando antes yo era quien sentenciaba, ahora sé lo que es esperar que la persona ahí sentada, tome una decisión justa a la causa.
Las preguntas me tienen con dolor de cabeza, con los nervios de punta y solo trato de actuar con naturalidad teniendo en cuenta siempre decir la verdad, pero el abogado de estos dos hijos de puta presiona fuerte, sabe muy bien del tema, pero yo no me dejo, porque actuó como defensa de mi hermana y yo.
—¿Juego de hermanas? —llega el momento de revolver cosas del pasado—muchos de sus compañeros de estudio padecieron bajo ese juego que ustedes realizaban solo por diversión.