GULIO
—Hijo de puta—Stavros quiere molerlo a golpes pero los hombres de Mirtajil no se lo permiten.
—No se que sucede aquí—cínico hijo de puta—al igual que ustedes estaba buscando al amor de mi vida.
Quiero degollarlo, pero tener a la mujer en mis brazos y a punto de morir, detiene todos mis planes siguiendo las indicaciones de Mirtajil, es Stavros quien conduce como endemoniado tratando de llegar lo mas pronto posible al hospital.
Esta tan pálida, sus labios morados, se ve tan destruida que me parte el alma en dos, debo ser fuerte pero al verla en ese estado tan indefensa me es imposible evitar que mis ojos piquen con la amenaza latente de mis ojos querer derramar una lagrima.
—¿Nena que hiciste?
Sus muñecas no dejan de sangrar, la herida fue profunda y enserio quería quitarse la vida, solo pienso en lo quebrada y desesperada que estaba que la unica salida que pudo ver fue quitarse la vida, «No me espero» beso su frente y la acuno más pidiéndole al creador que no me la quite, presion