Siempre que las esperaba Andrea me miraba con cara de enojo, no sabía si me odiaba o estaba incomoda por algo más, mientras mi mente vagaba por la librería me topé con Liliana y al ver me triste me invitó un café.
Hablamos un rato y me saco lo que ocurría a cucharadas, la vi reír como si nada y me prometió preguntarle a Andrea, aunque estaba segura que no era odio hacia mi y sólo eran ideas mías, así que de forma pícara dijo
Liliana: ten mi número, apenas hable con ella te diré, además creo que ambos hacen buena pareja -mirada pícara a Elías-.
Elías: estas bromeando -alzando una ceja-.
Liliana: Estoy tentada a darte su número pero… -pausa tranquila mientras termina su café- eso sería injusto para ti y para ella -mirando la ventana- sería traición para ella y limitarte a un logro a ti, por eso dejaré que lo ganes por tus medios.
Me dejó asombrado dicha respuesta y no es porque