La cabeza de Barry Waters estaba llena de malos pensamientos. Solo tenía una cosa en mente.

Le mostró a Mandy una sonrisa cruel. "Directora Ejecutiva Zimmer, vayamos al Hotel Buckwood esta noche. No te preocupes, soy miembro de allí, por lo que nos darán una suite presidencial. ¡Estoy seguro de que quedarás satisfecha!".

"¡Ni siquiera lo pienses! Si no me sueltas, ¡llamaré a la policía!".

Mandy se esforzó por sacar su teléfono.

Barry se burló de sus intentos y la tiró al suelo.

"Mujer. ¿Te crees tan capaz? ¿Cómo te atreves a fingir que eres virgen?".

"Te lo digo yo. ¡Al final, me suplicarás y te meterás en mi cama!".

"¡Nadie en Buckwood puede proporcionarte ninguna materia prima sin mi aprobación!".

Mandy tomó su teléfono y le contestó firmemente: "Waters, no te hagas ilusiones".

"¡No se puede comprar todo con dinero! ¡No te arrepientas cuando eso ocurra!".

Barry se echó a reír ante las palabras de Mandy.

Había una razón por la que estaba tan desbocado.

La persona que lo re