“Cierto, Tía. Quiero que envíes un regalo extravagante al Templo de las Cinco Virtudes de mi parte”.

Los ojos de Vince York se iluminaron. Incluso en este momento, una pasión ardiente se podía sentir dentro de él.

“Aparte de eso, dejaremos de lado todas esas cosas que estuvimos presionando sobre el Templo de las Cinco Virtudes. Les devolveremos un gran favor”.

“Diles que tienen mi agradecimiento por salvarme la vida”.

“¡Y el Templo de las Cinco Virtudes seguirá siendo el lugar sagrado de entrenamiento de artes marciales de la Luz del Sur mientras yo viva!”.

“¡Nadie podrá ser capaz de desafiar su autoridad!”.

Lexie York frunció el ceño. Secretamente soltó un suspiro al darse cuenta de lo que Vince planeaba hacer.

“No te preocupes, Vince”.

“El Templo de las Cinco Virtudes siempre ha sido tu leal escudo”.

“Los convertiré en tu mayor apoyo, aunque tenga que rogar para que aparezca ese eunuco”.

Lexie miró tiernamente al hombre, como si fuera su propio hijo, mientras mostraba un at