Israel, Tel Aviv.
4 años después.
Atenea Aray
—Athalia, no podemos llevar todos esos juguetes— le digo entre risas a mi hija de casi dos años.
—Ti, mami, ti— me afirma con la cabeza, y está próxima a hacer un berrinche. — El otito Teddy irá al pateo en avión, necesita conocer a mi tiito Toy.
—Ok, Teddy irá, pero los otros se quedan— concilio con ella que se cruza de brazos enojada y zapatea en el piso para demostrarme su inconformidad.
—Los llevaremos todos— anuncia una voz a mi espalda, m