--- Alexander Müller ---
Luego de estar un rato con ellas, voy al estudio de mi padre y busco su caja fuerte. No sé en realidad qué cosas podré hallar, pero es seguro que ahí podré encontrar más…
No tardó ni 10 minutos, cuando mi madre llama a la puerta. Yo, mientras me siento en la silla que ocupaba mi padre, finjo dormir.
- ¡Hijo…! -dice al entrar sigilosamente al despacho.
- ¿Qué buscas, madre? —digo al abrir los ojos.
- Deberías ir a dormirte a tu habitación… -dice y la noto nerviosa.
- Madre… Aún estoy esperando varias llamadas, así que las atenderé aquí, por lo que no me quita nada cerrar un rato los ojos mientras espero.
- Hijo mío…
- ¿Podrías darme un tiempo a solas?
- Hijo mío… No te encierres en tu caparazón… -dice mi madre, queriendo parecer una buena mujer.
- ¡Madre! Solo déjame tranquilo… Por favor… -digo tratando de deshacerme de ella.
- Hijo…
- Al salir, cierra la puerta…
Veo cómo mi madre aprieta los puños y su mandíbula se tensa, pero no me importa. Si estoy en esta ma