Sofía contestó a Óscar de mala gana, pero con una sonrisa. Aunque le caía mal, no le faltaría al respeto en una ocasión así. Después de un par de intercambios, se marchó.
Poco después, Daniela se acercó para hablar con Sofía.
—Hablemos, Sofía —le dijo con calma.
Sofía, ligeramente intrigada por lo que tenía que decir, soltó una leve risita mientras preguntaba:
—¿De qué quieres hablar?
—Olvidemos el pasado y centrémonos en nuestras nuevas vidas. No vendré a molestarte en el futuro, y espero que tú tampoco me pongas las cosas difíciles —dijo Daniela.
Por cómo Óscar trataba a Sofía, le preocupaba que, si Óscar se enteraba de sus quejas con Sofía, pudiera cambiar de opinión sobre ella.
Daniela estaba con Óscar ahora, no para convertirse en su mujer, sino para alcanzar mayores metas. Si Sofía le causaba algún problema, sus planes se arruinarían.
A Sofía le hizo gracia. Preguntándose de dónde sacaba Daniela la confianza para decir tales cosas, dijo:
—¿Tú? ¿Molestarme? Daniela, ¿crees que