Julio pensó que lo que decía Sofía tenía sentido, así que se sentó y esperó, sin prisa por atenderlos.
Los dos empezaron a discutir. Alicia parecía inquieta.
—¿No habíamos quedado en que todos morirían con nosotros? ¿Por qué te retractas de tus palabras?—preguntó con los ojos enrojecidos. Estaba a punto de apuntarle con su arma.
El hombre era tal y como Sofía esperaba. Era el piloto en prácticas del avión y se llamaba Danilo Guzmán.
Danilo se exasperó al verla tan agitada. Él dijo:
—No pretendo retractarme de mis palabras. Dije que moriría contigo, y así será. Pero tengo familia. Necesito dejarles algo de dinero antes de morir—Alicia se quedó callada. Danilo continuó: —Te juro que cuando tenga mi dinero, dirigiré el avión hacia el monte Everest y lo estrellaré. Todos morirán junto con nosotros.
Alicia le miró y finalmente decidió creerle. No le quedaba más remedio.
Danilo se dio por satisfecho y dijo:
—Sigan vigilando. Diles que no les haremos daño mientras el gobierno de Guada