En la mesa, los tres disfrutaban de la comida en un ambiente armonioso.
Cuando Rafael escuchó que ambos planeaban ir a Atenguillo al día siguiente, se ofreció a unirse, pero Julio no estaba muy de acuerdo.
—Abuelo, mejor quédate, es muy lejos— expresó Julio, preocupado por el viaje en coche y la salud de Rafael.
Rafael entendía la preocupación de Julio, pero estaba decidido esta vez.
—No puedo perderme esta oportunidad. Si no voy ahora, puede que nunca tenga la oportunidad de hacerlo en mi vida. Quiero visitar la tumba de un viejo amigo.
El abuelo de Sofía había sido un amigo cercano durante muchos años. Fue él quien le reveló la identidad de Sofía a Rafael, y juntos acordaron el matrimonio de Sofía y Julio.
—No creo que deberías ir, abuelo, es demasiado lejos— frunció el ceño Julio.
Esta vez, Sofía decidió apoyar la elección de Rafael.
—Déjalo ir, Atenguillo tiene un aire limpio. Quizás la visita le anime un poco.
—Así es, Sofía siempre piensa en mí— alabó Rafael a Sofía, mientras l