Rafael conocía muy bien la personalidad de Fabián, siendo su padre. Si dejaban que estuviera constantemente cerca de Valerio, sin duda arruinaría la vida de ese niño. Además, Fabián era su propio hijo. A pesar de los desacuerdos y desagradables eventos pasados, a la edad de Rafael, muchas cosas ya las había superado y no tenía intenciones de seguir aferrándose a esos problemas del pasado.
— ¿Quieres que regrese?— Sofía preguntó sorprendida. Pensaba que Rafael todavía albergaba resentimientos hacia Fabián y preferiría no verlo.
Rafael suspiró suavemente y luego dijo:
—Después de todo, es mi hijo. No estaría mal que regresara para que me cuidara en mi vejez. Además, conmigo vigilándolo, no tendrá oportunidad de causar problemas para ustedes.
—Bien, cuando regrese a DF, le transmitiré tus palabras. En cuanto a si está dispuesto a regresar, no puedo estar seguro. —Fabián era alguien impredecible.
Rafael no estaba preocupado por eso.
—No te preocupes, él regresará.
Habiendo pasado por tan