Sofía miró a Rafael reprendiendo a Julio y casi no pudo evitar reírse.
—Abuelo, no te preocupes. Si él no me valora, no le daré otra oportunidad.
Esta fue la última oportunidad para Julio.
—Sofi...— Julio sonrió amargamente, ¿cómo podría no valorarla? Fue difícil perseguir a Sofía, ahora están a punto de casarse. ¿Cómo podría no valorarla? Preferiría atar a Sofía a su lado todos los días.
—Bien, ve a la cocina a echar un vistazo. Hablaré con Sofía— dijo Rafael mientras apartaba a Julio hacia la cocina.
Julio, resignado, fue obedientemente a la cocina. Al irse, miró preocupado a Rafael.
—Abuelo, por favor, no digas tonterías a Sofi.
Con su propio historial oscuro, realmente no quería que Rafael lo mencionara repetidamente, ¿y si Sofía cambia de opinión repentinamente?
—Ve y ocúpate de tus cosas— Rafael lo ignoró. Recordar ese pasado oscuro era solo para hacerle comprender a Julio lo importante que era valorar a Sofía.
Julio se dirigió a la cocina y en la sala solo quedaron Sofía y Raf