Sofía y Julio intercambiaron miradas, y el hombre asintió, indicando que apoyaría cualquier decisión que ella tomara.
—Ya que es así, entonces cada uno debe ceder un poco—, propuso Sofía, mirando a Jaime. —Ya debes saber que mi hermano no va a hacerse responsable de Mariana, así que descarta esa opción.
—¿Y tú qué propones?— preguntó Jaime fríamente. —Antonio es tu hermano, obviamente estás de su lado.
—Él es mi hermano, pero no puedo obligarlo a hacer algo que no quiere—, replicó Sofía con descontento. La actitud de Jaime no ayudaba a resolver el problema.
Jaime resopló con desdén. Si no fuera por la presencia de Julio, no querría siquiera tratar con ella.
—Hermano, aunque no sea tu responsabilidad, las cosas ya sucedieron y debes ofrecer alguna compensación—, dijo Sofía mirando a Antonio. Ella realmente quería resolver el problema y no quería que siguieran obsesionados con este asunto, ya que no era bueno ni para Mariana ni para Antonio.
Antonio no se opuso, permitiendo que Sofía con