Azzula
—Estas son las mañanitas que cantaba el rey David —así es, esa voz ronca, molestosa y mal entonada es Erick—Despierta, Azzula despierta mirad que ya amaneció...
—Dios —susurro para estirarme en la cama y abrir un ojo, Erick está colocando la bandeja con mi desayuno especial para luego venir hasta mi cama con una enorme sonrisa.
—M