Narrador:
Esa construcción era por demás hermosa, una típica casa de campo, donde el amoblamiento y la arquitectura eran de un estilo rústico, muy campestre, y los hogares, que estaban encendidos todo el día, abundaban.La noche se abría paso dejando entrar los últimos rayos de luz por la ventana. Victoria se acercó a la ventana para observar el maravilloso atardecer que se perdía en el inmenso horizonte de la pradera. Estaba absorta en sus pensamientos y deslumbrada por el espectáculo cuando sintió que la abrazaban por la cintura y una barbilla se le apoyaba en el hombro. El perfume era inconfundible y el calor que despedía su cuerpo la hacía saber que se trataba de Franco. Cerró los ojos y suspiró.– Es hermoso ¿verdad? - le dijo él casi en un susurro– La verdad que sí. Nunca había tenido la posibilidad de contemplar semejante espectáculo. Es realmente conmovedor.– Yo me crié aquí. Me dolió tanto tener que irme para estudiar. Y lu