Ivy.No le impresionaba que el hotel donde se alojarían por tiempo indefinido era extremadamente lujoso o que tuviera a cuatro escoltas acompañándola mientras que Tyler tenía la orden de cuidar de ella en el interior, se sentía culpable de haberse involucrado con su chofer pero otra parte de si misma no lo lamentaba, hace mucho no se sentía auténtica ninguna emoción y aquel joven le había proporcionado todo lo que le hacía falta en un día.Se encontraba en un dilema porque no podía aclarar su mente y evitar pensar en ambos, por supuesto que estaba mal y alguien saldría lastimado si daba rienda suelta a sus pasiones.Debió preveer que el drama estaba a la vuelta de la esquina y que el no estar segura de algo la hacía una persona desagradable, las palabras de él hombre que la mantuvo cautiva en el pasado hacían eco en su mente, solía decirle que era una mujer indigna y que estaba maldita, probablemente aquellas cosas eran con él objetivo de desestabilizarla más de lo que ya estaba, pero
No se sentía incómodo sujetar la mano de Tyler y dentro de Ivy era como si explotaran fuegos artificiales de la emoción que tenía, mientras iban en el auto pensaba en que explicación podía darle a Mathew pero en realidad nada de eso importaba en ese momento, su relación no estaba definida, el también la había engañado, sin embargo moralmente se sentía como una traicionera. Pese a eso junto a su chófer era ella misma, olvidaba las razones por las cuales Ivy Montana jamás lograría ser completamente felíz.Tyler estaba enfocado en el camino quizás en la búsqueda de algo interesante que pudieran hacer para pasar el rato, no sabía cómo iniciar una charla ya que también podía estarse sintiendo mal por la muerte de Carolina.—Es extraño que no hables—rompió el silencio el mismo Tyler.—Han pasado muchas cosas desagradables en estos días y no quiero ser inoportuna—respondió Ivy.—No todo tiene que ser trágico, podemos tener una conversación de cualquier tipo.—¿Desde cuándo trabajas para Math
Ivy observaba fascinada el interior del departamento donde su chófer la había llevado, aunque era acogedor tenía todo lo necesario para ser feliz y un diseño bastante moderno con pinturas de arte abstracto adornando las paredes azules, un balcón con una hermosa vista hacia el mar y apostaba a qué por las noches la vista sería mejor, fuera de todo eso Ivy se preguntaba a quién pertenecía ese lugar Tyler jamás mencionó nada al respecto y cuando ambos se sentaron en el sofá él la miró por un rato con cierta timidez.—Sé que no es algo tan ostentoso como acostumbras pero se me ocurrió que podríamos pasar un rato agradable y tranquilo aquí, no pueden vernos tan cercanos en la calle...—Oye, me encanta este lugar ¿Bien? Durante años he luchado por mantener mi hogar y esto es un palacio en comparación, lo que me intriga es que no mencionaste jamás tener una propiedad aqui—intervino Ivy con una sonrisa.—Soy muy reservado, hago mi trabajo y evito dar más información a los demás porque dudo qu
Ivy yacía tirada en el suelo de una habitación que desconocía después de dos días de fiesta y sexo desenfrenado, extrañamente no se sentía tan bien como las veces anteriores, quizás por el simple hecho de que tal decisión había sido producto de un arrebato en medio de la crisis económica que embargaba a su familia, sus trabajos como mesera y cajera de medio tiempo no lograban cubrir los gastos de una familia sin una figura paternal y una madre con problemas cardíacos así que estaba entre la espada y la pared.Tal parecía ser que ni siquiera pasarla bien lograba evitar que pensara en que iba a ser de su futuro los próximos años, si sentía que colapsaba con veinticuatro años no se quería imaginar cuando llegara a los treinta, la verdad es que no pensaba que llegaría tan lejos con su estilo de vida.20 llamadas perdidas de su madre.10 llamadas perdidas de alguien desconocido.15 llamadas perdidas de Cristian, su mejor amigo.Respiró profundo mientras empezaba a vestirse ignorando los ro
Había dormido con muchos hombres a lo largo de su vida en un intento de distraerse de sus problemas obteniendo a cambio satisfacción y un momento agradable dónde olvidaba el caos en que se había convertido su existencia desde hacía años, lo cierto es que si había pasado una noche junto a aquel muchacho era como si se hubiera borrado de su memoria por completo, pero de ser así.¿Cómo sabía su nombre?En casos como esos era mejor fingir demencia hasta que sus recuerdos regresaran a su lugar y ella pudiera recibir algo de dinero para compensar aquel mal rato.— No sé de qué hablas, ni siquiera tengo idea de quién eres — Respondió levantándose del suelo.Aquello no le hizo gracia al joven, pero prefería discimular su descontento pese a que fuera un enorme golpe a su ego.— Me sorprende, dijiste que jamás olvidarías al hombre que te enseñó a hacer ciertas cosas...— Aparte de grosero y mal educado ahora también eres acosador sexual — Soltó indignada.— Te equivocas tarada, nosotros fuimos
Ivy tenía sólo diecinueve años cuando ocurrió la desgracia, se había decidido a vivir su vida enfocada en su futuro y en obtener buenas calificaciones pero últimamente las discusiones entre su madre y padre eran más intensas, algunas veces tenía que interferir y le dolía que el hombre que le dió la vida no hiciera ni el más mínimo esfuerzo en mejorar, ellos no tenían muchos objetos de valor en su hogar, él lo había vendido todo para poder seguir apostando.Era increíble como pasaron de tener una vida arreglada y buena posición económica a no tener estabilidad, una prueba más de que no había garantía de nada.Aún recordaba el nudo en su garganta al ver personas de mucho poder intentar llevarse a su madre, Ivy tenía presente que alguien debía cuidar de sus hermanos pequeños, no podían quedarse sin mamá, así que fué ella quién se entregó a aquel hombre sabiendo que cosas malas podrían ocurrirle pero importaba más que no lastimaran al resto de su familia, intuía que las apuestas acabarían
Cuando la policía se involucró en el caso por su desaparición no encontraron ni un solo rastro de aquel demente obsesionado con torturar mujeres, sólo a la joven desnuda suspendida con cuerdas desde el techo con múltiples heridas y lesiones en todo su cuerpo, Ivy no pudo hablar durante meses tras su experiencia en aquel lugar y su agresor jamás pagó porque este huyó.Supo también que su padre había sido asesinado a disparos unos días después de que ella fuera ingresada a emergencia. Richie era el responsable, tenía contactos y Frank le debía dinero que se suponía estaría pagado una vez ella se fuera con él, no sabía que le dolía más, que le hubieran hecho daño o la traición de su propio padre, el mismo hombre que de niña le contaba historias antes de dormir para tranquilizarse.Quien se suponía debía protegerla.La pesadilla nuevamente se hizo presente en la vida de Ivy cuando pensaba que al fin podía sentirse tranquila, su verdugo la había encontrado otra vez.— ¡Vengan niños! — Grit
Pov Mathew.— Esto es inaceptable, eres una maldita decepción Mathew, ¿Que no piensas antes de hacer las cosas? — Honestamente no.Leonard Hoogen, el ingeniero y CEO de una de la compañía de cosméticos Hoogen Beauty sabía que no viviría por siempre y tenía los ojos puestos en su único hijo, había depositado sus esperanzas en que Mathew pudiera sacar a la familia y todos sus negocios adelante pero no había hecho más que meterse en problemas y despilfarrar el dinero en fiestas, alcohol y mujeres.Se suponía que a los 25 años empiezas a tomar buenas decisiones, pero su hijo cada vez estaba más lejos de un futuro estable con una familia y vida honorable.— Estoy harto de sacarte los pies del lodo y arreglar todo con dinero, si vuelven a arrestarte por conducir a exceso de velocidad dejaré que te pudras en la cárcel — Sentenció alzando la voz.— Ay por favor papá, sabes que solo intentó pasarla bien, el trabajo es agotador...— Tus primos hacen el doble de lo que tú y no están quejándose