— ¿Así o más formal? —se burló una voz surgiendo del agua.

Nos volteamos para ver salir a alguien de ojos muy verdes, de piel tan pálida como la de un cadáver. Al salir completamente su atuendo era un ligero vestido blanco sucio que arrastraba algunas algas. Su complexión era la de una mujer adulta, pero su rostro era joven. Cuando llegó a nosotros, toda ella chorreaba de agua, una peineta de corteza de árbol adornaba al lado izquierdo de su cabello musgoso.

—No puedo creer que dejen saber en qué lugar se encuentra ¡Ella es una bruja! —Si tenía la esperanza de que alguien me recibiera o me saludara animada, este se esfumó al oírla exclamar con odio y repugnancia. Después me miró y se burló de mi aspecto, haciendo que la ira apareciera.

—Hey, no sé cómo es que sabes lo que soy, pero eso no