— ¿Qué? —Pude decir con perplejidad. Josh también estaba sorprendido.
—Buenos días —saludó Cedric entrando y tomando asiento—querida Melinda, adorado Joshua. Disculpen a este tío suyo por robarles el tiempo de conversación de hermanos, pero esto es importante —culminó otorgando una mirada de "Esto es más importante y peligroso que todo lo demás."
— ¿Qué sucede? —Repliqué ante la advertencia en la mirada.
—Bueno, ya que entre ustedes no hay ningún secreto, —tomó la taza de café que ofreció mamá— te lo voy a decir, tenemos que entrenarte para lo que viene.
— ¿Por qué Mila tiene que entrenar? —Preguntó Josh con curiosidad. Y entonces Cedric me dio la mirada de “¿aún no le has dicho?”
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