Capítulo 81: Reclamos
Los días pasaban y aun no entendía ¿Por qué todo era tan diferente?
La vida en la cárcel era un infierno.
Lo peor de todo es que estaba sola.
A nadie le importaba su situación… bueno, tal vez solo su hermano estaba pendiente de ella, pero ahora que era un inválido su preocupación no servía de nada porque no podía ayudarla realmente.
- Ah… ¿Qué hago? – preguntó mordiendo sus uñas mientras caminaba de un lado a otro en su celda – debo salir de aquí… yo debo…
- YA DUERMETE – en eso un objeto la golpeó en la cabeza.
Luisa se quejó por el golpe, pero al girarse para quejarse con su compañera de celda vio que ella estaba sujetando una navaja y la movía al aire simulando cortarle el cuello antes de señalarla.
- Pe… perdón… descansa Rachel – susurró mirando que esta solo fruncía el sueño y volvía a acomodarse para seguir durmiendo.
“Maldita sea…”- pensó regresando a su cama, haciendo una mueca cuando su espada sintió esa superficie rígida – “maldición ¿Por qué chingados