No respiro bien. Miro el suelo. Todo es borroso.
No puede ser. Jamás estuvimos sin protección. No. Ese niño no pude ser mío.
La miro a los ojos. Ella no puede parar de llorar.
- Samantha. La cigüeña que tocó tu puerta estaba drogada y se equivocó. Porque sabes que es imposible... que...ya sabes.
Ella no para de llorar. Se limpia un poco sus lágrimas, traga el nudo de su garganta mirando el suelo y me mira.
- No Vincent. Estoy embarazada.
Saca de su bolso de diseño unos tres test de embarazo. Me los muestra.
Mierda...los tres positivos.
La miro molesto.
- Ya. Pero eso no es mío y lo sabes.
- Lo sé Vincent.
Mi madre y María la miran en silencio. Yo alzo una ceja cómo diciendo en silencio entonces qué cojones haces aquí.
Ella llora un poco más. Me mira.
- Pe..pero no tenía a quién más recurrir Vincent. Nadie sabe de esto. Ni mis padres. Ellos me matarían. Haila es mi amiga pero la conozco y no me puedo arries